Crítica: 6,777 Público: 6,774 España: S/C Rugoleor: S/C
Ficha:
Título Original: Capitalism: A Love Story
Director: Michael Moore
Guionista: Michael Moore
Intérpretes: No hay actores (Documental)
Productores: Anne Moore, Michael Moore
Fotografía: Daniel Marracino, Jayme Roy
Música: Jeff Gibbs
Montaje:
Jessica Brunetto, Alex Meillier, Tanya Meillier, Conor O’Neill, Pablo Proenza, Todd Woody Richman, John W. Walter
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 2.009
Duración: 132 minutos
Edad: Todos los públicos
Género: Documental
Distribuidora: Alta Classics, S. L. Unipersonal
Estreno: 08-01-2.010
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España
Espectadores: 32.622
Recaudación: 198.083,19 €
Visitas: 0
Popularidad: 0,00%
Puesto:
Sinopsis:
Michael Moore denuncia en este caso al sistema capitalista de Wall Street, en una mirada que analiza la crisis financiera y la economía estadounidense, en plena transición entre la administración entrante de Barack Obama y la saliente de George W. Bush.
Comentario:
Tras apuntar contra el sistema sanitario (“Sicko”), contra George W. Bush y contra el gusto por las armas de los Estados Unidos, el francotirador Michael Moore dispara contra el capitalismo. Estrella de la película, Moore se sitúa en el punto entre el final del mandato de Bush y la aparición de Obama y ataca al capitalismo a partir de la crisis financiera que ha sacudido al planeta. “Capitalismo: Una historia de amor” se arma con numerosos ejemplos de casos de corrupción y con detalles del oscuro funcionamiento del sistema norteamericano.
11-01-2.010 – JOSU EGUREN
La comedia del dinero
Hace unos años que Michael Moore dejó de dirigir buenos documentales para cultivar su imagen oronda, bienpagada y sobrealimentada con la disculpa de arremeter contra todos los males que asolan los Estados Unidos. Que el director de un 'documental' ocupe tres cuartos de la pantalla puede responder a cierta lógica, pero a estas alturas le dedica casi tanto tiempo al análisis superficial de los temas que trata como a la beatificación de su autobiografía. Sabemos que Michael Moore nació en Michigan, que se crió en el seno de una familia católica acomodada y que soñó con ser cura, datos prescindibles a la hora de entender de qué manera ha tejido el capitalismo sus redes, pero necesarios para agigantar su figura de obispo izquierdista. Se lo ha ganado a pulso. Su popularidad es tan grande que cualquier intento por repetir entrevistas como la de Charlton Heston hoy en día es inviable, lo que le hace recurrir a presas menores destapando así su/nuestro carácter exhibicionista. Los responsables del desastre económico le mantienen a raya, pero Moore no ceja en su empeño de ridiculizarlos aunque para lograr sus fines tenga que manipular a la guardia de choque del sistema convirtiéndola en títere involuntaria de una comedia bufa. El demócrata ha engordado su halo mediático al mismo tiempo que perdía enteros como provocador anónimo. Sin embargo, mantiene intacta su habilidad para entrelazar historias dramáticas que mantienen el corazón del espectador en un puño. Moore es Spielberg. Ha patentado una fórmula exitosa que le permite hilar la crítica feroz, pertinente y despiadada a los ladrones de guante blanco, con una invocación a Sacco y Vanzetti, para rematar la jugada con las lágrimas de un niño. Resistir a los efectos de ese cocktail emocional es difícil, pero cuando la pantalla se funde en negro y Moore lanza su última proclama, hay tiempo para recordar a esa ama de casa ultrajada que en la repisa de su chimenea honraba a Bush. Moore ha eludido muchas explicaciones, casi siempre recurriendo a las más simplistas, pero el público se ríe a carcajadas, ¿otro triunfo?