A estas alturas, Marvel tiene más que establecidas las normas que rigen su universo cinematográfico, y después de casi una quincena de películas creo que su público debe estar más que definido. Por tanto, creo que a la hora de hablar de Capitán América: Civil War debemos centrarnos en las novedades que ofrece. A grandes rasgos, los mayores alicientes son la inclusión de un puñado de personajes nuevos dentro de los Vengadores y la repetición de los hermanos Russo a la dirección tras el gran éxito de la que para muchos (entre los que me incluyo) es la mejor película de este nuevo universo marvel: Capitán América: El soldado de invierno (2014).
La historia esta vez se vertebra en dos tramas principales. Por una parte vemos cómo el gobierno propone controlar a los Vengadores tras las numerosas víctimas civiles colaterales que han provocado sus acciones. Esto llevará al grupo a dividirse en dos bandos que terminarán protagonizando el gran enfrentamiento de la película. Por otro lado volvemos a tener involucrado a Bucky Barnes (el soldado de invierno), en una trama urdida por el Barón Zemo y que será el detonante del verdadero cisma dentro del supergrupo.
Como decía, el gran atractivo de "Civil War" reside en la aparición de personajes como Spiderman, Pantera Negra o Ant-Man (tras su película en solitario). Sobre ellos diré que Spiderman me chirría un poco y lo encuentro un tanto metido con calzador. Además, he de decir que (y ahora podéis verter todo vuestro odio en mí) me convencía mucho más Andrew Garfield como Peter Parker que este joven Tom Holland que han elegido como el nuevo trepamuros. En cambio, me convencen bastante más Chadwick Boseman como Black Panther y Paul Rudd en la piel de Ant-Man. Es meritorio cómo los directores han conseguido que cada personaje tenga su minuto de gloria, cosa nada fácil al contar con tal cantidad de ellos.
En cuanto a las escenas de acción, tenemos una de cal y una de arena. Algunas están filmadas de modo demasiado videoclipero, con una cámara que no deja de moverse y que impide ver bien estas escenas. En contraposición, tenemos un par de secuencias magníficamente montadas. Una es la de la persecución en el túnel, una gran demostración del poderío de los superhombres en una simple carrera. La otra es la antológica lucha en el aeropuerto, con todos los personajes dándose de mamporros al más puro estilo comiquero y con un Ant-Man estelar.
Poco más que decir. Estamos ante un producto muy entretenido y con cierta enjundia que volverá a encandilar a quienes disfrutaron con las películas anteriores e irritará a aquellos que no comulgan con el cine de supertipos disfrazados. En mi opinión no estamos ante el cúlmen del cine de superhéroes, sino ante un capítulo más del universo que ha orquestado Marvel, y que acierta mucho más en su tono que la exagerada Los Vengadores 2: La era de Ultrón (2015). Por tanto, mientras Marvel siga haciendo las cosas tan bien, por mí no hay ningún problema.
Mi nota: 7