Se despidieron con el cariño de unos amigos que aunque no volvieran a verse guardarian un dulce recuerdo.
El barco de Lewis salió del puerto, él se volvió en el último momento y le guiñó un ojo.
Lady Marigem sonrió agachando la cabeza. Qué distinta de la marcha de Ethan. Del frio cortante que le atravesaba el corazón al verle alejarse.
Ethan había desaparecido del mismo modo en que un día entró en su vida...sin llamar, sin preguntar, invadiéndolo todo de manera arrolladora.Surgió de la nada, no parecía encajar del todo, un lobo solitario.
Sólo Marigem parecía entender su esencia y conseguía calmar ese alma torturada por un pasado que nunca terminaba de contarle. Ella le rescataba de perderse.
-Qué ocurrió?
-Nada, algo que debo enterrar.
-Pero aunque lo entierres los fantasmas te rondan
Ethan levantaba sus ojos de cachorrito desvalido y se pasaba la mano por el pelo para luego coger la de Marigem y besar despacio cada uno de sus dedos.
-Tú me redimes, Marigem
-De qué Ethan?
-De las sombras- y se acurrucaba a su lado
To be continued....
Rosemunde Lovelace
