Revista Diario
Capítulo 2: Resígnate a hacer ejercicio nocturno (y no del que piensas)
Por Drajomeini @DoctoraJomeiniSí, queridos jomeinistas, a mí, si hay algo que me da envidia es esa gente que dice: "Pues ayer me fui a correr cuando cayó el sol, con el fresquito" Primero, porque tienen más moral que el Alcoyano. Hacer ejercicio uno solo es un aburrimiento mortal (Otra cosa es lo que hacen mi madre y mi tía que, mientras caminan a paso ligero, ponen a parir a todo Cristo. Eso sí que descansa el alma). Y segundo, porque yo, cuando cae el sol, donde único puedo ir es a la cama. Así que, desde que soy madre, cada vez estoy más fondona. Y que conste que yo intento hacer ejercicio, de verdad, pero siempre queda en un intento. Tengo en casa una elíptica, porque ya lo de ir al gimnasio es como de ciencia ficción. Así que, esta tarde, después de una dura conversación conmigo misma de autoconvencimiento, me calcé unas mallas y me subí a pedalear. No han pasado cinco minutos cuando aparece Susanita. - ¿Qué haces, mamá? - Pues ya ves uf uf uf, hija - resoplo yo, intentando hablar sin bajar el ritmo. Ella se sienta en el suelo, al lado de la elíptica y se pone a leer. - Oye uf uf uf hija, ¿Y si te vas a jugar? - No, quiero estar aquí, contigo. Mecachis en lo oportuno del amor filial. En esto, aparece el Terro por la puerta. - ¿Qué haces, mamá? Que digo yo que qué voy a hacer subida a la elíptica. Que no será la vuelta a España, digo yo. - Ejercicio uf uf uf - sobran las explicaciones. - Ah - contesta él y se sienta al lado de su hermana. Los dos me miran mientras sudo a mares. - Mamá - empieza Susanita - ¿Sí? uf uf uf - Te tiembla el culo La madre que parió a la niña. - Sí, mamá - tercia el otro - ¿Por qué te tiembla el culo? Los dos me miran salva sea la parte como dos cirujanos diseccionando una vena. - ¿Ves?¿Ves? - exclama el Terro señalando mi anatomía enfundada en mallas (Otra de las razones por las que no voy al gimnasio, todo sea dicho) - No me tiembla el culo uf uf uf - refunfuño - Es que estoy moviéndome uf uf uf rápido. Momento de silencio mientras asimilan la información. Me cae una gota de sudor por la nariz, pero yo sigo a lo mío. - Y tienes un grano aquí - sigue mi hija, implacable. - Oye, uf uf uf , un comentario más y te mato. Ella se ríe. No me toma en serio, es evidente.
Al cabo de un rato, se aburren y se marchan. Exhalo un suspiro de alivio, pero me temo que he cantado victoria demasiado pronto. - Mamááááááááá - se oye la voz del Terro desde el baño - No hay toallitas. - Susanitaaaa uf uf uf, por favor, acércale las toallitas a tu hermano - Es que están arriba - ¿Y qué? uf uf uf - No quiero subir sola. Me da miedo. - Pero, hija, uf uf uf, ¿qué te va a pasar? Arriba uf uf uf no hay nadie. - Que no quieroooooo, buaaaaaa - Mamááááááá, que no hay toallitaaaaaaaas En fin, que os voy a contar. Que cuando veo en las revistas del corazón a las famosas decir sus secretos para estar delgadas después de ser madres, siempre pienso: "Sí, claro, guapa, cuéntame una de indios y vaqueros" Porque el secreto mejor guardado de las famosas para estar delgadas es que tienen niñeras. Y a mí, no me la dan con queso. Amos anda.