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Capítulo 28. Reencuentro.

Publicado el 22 febrero 2014 por Xabifernan @UnBloggeroMas1
Capítulo 28. Reencuentro.

Cuando el viernes Alex salió de allí salió con un montón de miedo, pero cuando llegó a casa olvido el miedo durante un buen rato. Allí estaban todos sus amigos y varias personas de su familia esperándole. No era una fiesta de bienvenida, sino una especie de fiesta en la que intentan demostrar que están con él. Se pasó muy rápido, todos le preguntaron qué tal estaba, pero nadie mencionó su herida. Como sus padres le prometieron nadie sabía las palabras que ponía. Todos pensaban que había sido un pequeño accidente, incluso sus padres. Pero se equivocaban.Como ya podía hacer vida normal, o al menos es lo dijo el médico decidió quedarse en casa todo el sábado. Sin ninguna visita, lo cual fue una sorpresa y lo agradeció. No le apetecía ver a nadie.Por la noche se puso el despertador a las siete de la mañana para que pudiera estar el máximo tiempo posible con sus amigos como para explicarles todo. También tenía mucho miedo, porque… Si sus amigos ya pensaban que no iba a ir no irían a la puerta y… ¿Tendría que pedir permiso a los curas para verles? No lo sabía.Lo que más miedo le daba era que Sara no se presentara, y probablemente no lo haría. Tenía que asumirlo.

Para cuando el despertador empezó a sonar Alex ya llevaba un rato despierto. Estaba muy nervioso, lo que ayer era miedo hoy era nerviosismo puro y duro. Se fue al baño a ducharse, se cambió, se peino y cuando todo en él le pareció que estaba bien fue cuando salió de su habitación para ir a la cocina. Desayunó zumo de naranja, café y galletas. Estaba solo en la cocina porque sus padres como no habían ido a trabajar durante los días que él había estado mal, ahora tendrían que recuperar el tiempo trabajando todos los fines de semana.Cuando acabó de desayunar fue otra vez a su habitación ponerse sus playeras Vans y a coger los cascos y el móvil. Una vez estuvo listo, no sin mirarse antes otra vez al espejo, salió de casa a paso ligero para no perder el bus que llegaba en cinco minutos. Tenía el tiempo justo. Cuando llegó a la parada estaba jadeando, había corrido como si la vida le fuera en ello. Justo en aquel momento llego el bus y se subió. Pago el viaje y se sentó en la última fila, aquel día iba solo. Ayudándose del móvil intento ver si seguía como había salido de casa. Se peinó un poco, porque por todo lo demás estaba igual que cuando había salido de casa.Cuando llegaron al “pueblo de la carta” como lo llamaba Alex se bajo del bus, que misteriosamente seguía vacío. Ando a paso ligero por las calles de aquel pueblo hasta llegar la carretera, si así se le podía llamar, por la que se iba al orfanato. 
A falta de cómo máximo cinco minutos para llegar al orfanato le empezó a doler mucho el tobillo. Casi ni podía andar, era verdad todavía tendría que seguir en reposo. Su tobillo se había curado mal y ahora le daban pinchazos cada vez que daba un paso. Horrible.
Cuando por fin pudo ver el edificio negro del orfanato estaba todo rojo del esfuerzo que había hecho yendo a la pata coja. El dolor era casi insoportable, y todavía quedaba el camino de vuelta. Toco la puerta, que estaba cerrada a cal y canto y esperó. Tardaron cinco minutos en abrirle la puerta y cuando lo hicieron fue una de las señoras que se encargaba de limpiar el orfanato.-¿Le pudo ayudar en algo señorito?-Eh… Sí. ¿Dónde están todos los demás?-Se han ido de excursión, si lo que quería era visitarles espere un rato- le respondió la señora-. Espera… Tú… ¿Eres Alex?-Sí, salí de aquí hace algo más de un mes- respondió él por su parte.-Ya decía yo que me sonabas de algo, pasa, pasa. Que aunque no me conozcas yo sé bien quién eres. -Está bien- respondió Alex.Pasaron dentro y Alex le pidió amablemente que a ver si le dejaba algún hielo para que su tobillo sufriera menos al andar. La señora no tardo a penas en traérselo y después de eso se fue a seguir haciendo su trabajo.Ahí se quedó él, en la cocina sentado en una silla mientras escuchaba “Breathe Your Fire”Cuando ya llevaba un rato con el hielo y se empezaba a derretir Alex se lo quitó se volvió a poner la playera y se asomó a la ventana que estaba en la escalera, en aquel momento vio que los curas y los chicos volvían y una sonrisa atravesó su rostro de lado a lado.“Por fin” fue lo que pensó. Para no tener que dar explicaciones a nadie, ni tener que estar saludando a todo el mundo le dijo a la señora de la limpieza que le dijera a Bruno que fuera al árbol de todos los domingos y que sin ninguna excepción le dijera a nadie que había estado allí.Fue al árbol, no sin un gran esfuerzo y se quedó allí sentado a la sombra. Se le ocurrió mirar la hora y en aquel momento supo por qué tardaba tanto Bruno. Era la hora de comer y no tenía comida, pero tampoco hambre. Esperó un rato más ahí sentado antes de vislumbrar a lo lejos la silueta de su querido amigo Bruno. Venía andando, como si estuviera desilusionado por algo. Alex se levanto y movió su brazo de un lado a otro mientras decía:-¡Bruno!Cuando Bruno oyó eso se le iluminaron los ojos, aunque Alex nunca lo sabría. Bruno corrió hacia él para abrazarle y se quedaron ahí un buen rato. Antes de separarse Alex le dijo:

-Te he echado muchísimo de menos, tengo muchas cosas que contarte.
Nota de autor:
Espero que os haya gustado el capítulo. Os querría pedir una cosita, como mañana es mi cumpleaños me gustaría que como regalo entrarais en el blog desde el ordenador y me votarais en hispa-bloggers. (Hay un aceso directo) Dadas, sugerencias… A mi Twitter @SweetieAuryner1 junto a #MásQueHéroes. ¡Un beso!

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