Capítulo 37. Conversaciones.

Capítulo 37. Conversaciones.

Con el corazón acelerado bajó al paso de abajo a ver quién era, ya estaba medio oscureciendo y no le gustaba estar solo en casa a esas horas. Cuando llegó a la puerta se le ocurrió quién podría ser: O algún familiar o algún vecino pidiendo algo que no tendría para cocinar.Como estaba casi seguro que esas iban a ser las personas que iban a estar ahí, al abrir la puerta y ver ahí a Álvaro se sorprendió bastante, porque Álvaro y él se llevaban muy bien pero era la primera vez que iban a estar solos. Antes de que le pudiera decir nada Álvaro dijo:-Alex, ¿Qué tal estas?- lo estaba diciendo rapidísimo, casi tanto que Alex ni le entendía-. Han pasado muchas cosas estos días, madre mía estoy estresadísimo y por eso he venido a verte porque como últimamente no sueles venir al colegio te has perdido muchísimas cosas.-¡Qué sorpresa! No me esperaba que fueras tú, creo que eras la última persona que pensé que vendría- dijo Alex-. Esas cosas que me tienes que decir, ¿Son buenas o malas?-Son buenas, son buenas jeje- rió Álvaro antes de preguntarle-: ¿Por qué no te esperabas que fuera yo? -No sé, es que muy poca gente ha venido a verme si no vienen en grupo, de hecho creo que nadie- Alex se quedó un rato pensando antes de responder-: No, nadie ha venido solo a verme.Dicho aquello le hizo un gesto a Álvaro para que pasara dentro. Cuando entraron fueron a la sala casi directamente y Alex le ofreció algo de comer pero él lo rechazó. Alex se sentó a su lado para que le empezara a contar, ¿Tan importante sería lo que tenía que decir?-Lo primero de todo es que tienes que saber que se supone que he venida a estudiar- empezó Álvaro-. Así que ayúdame a poner esto como si estuviéramos repasando.No tardaron mucho, al fin y al cabo solamente tenían que poner unos libros encima de la mesa y desperdigar algún que otro papel por ahí.-Ahora sí, me toca empezar- dijo Álvaro-. Pero lo primero de todo preguntarte que tal estás, ¿Hay algo nuevo en la investigación de tu caso?Alex se quedó un momento sorprendido porque le hubiera preguntado lo de la investigación, pero luego recordó que el lunes se lo contó a Maitane, Naroa, Jordi y él en la hora del recreo. Aunque ahora mismo no le apetecía hablar de eso y le respondió:-Ya estoy bien, al menos por ahora- dijo Alex-. Por favor ya hablaremos de esto otro día cuando estemos todos para que no tenga que contarlo cuatro veces. Todavía no me siento muy cómodo hablando sobre ello. ¿De acuerdo?-Totalmente, tú cualquier cosa pídeme sin miedo- le comentó Álvaro, se notaba que no le había importado mucho el no haber querido comentarle nada sobre su estado-. Ahora las cosas que han pasado. ¿Te acuerdas lo que te dije cuando volvimos aquella vez del mirador?-¿Cuál?- preguntó Alex antes de quedarse un poco pensando-. Ah, sí creo que ya se… ¿Era lo de Maitane?-Sí, pues… A pasado algo- dijo Álvaro antes de mirar a Alex, y al ver su cara supo que quería que continuase-. La besé.-¡¿Qué?!- gritó Alex.La cara que puso Alex debió de hacerle gracia a Álvaro, porque se empezó a reír como un loco y eso hizo que Alex se riera también. Aunque seguía alucinando un poco por lo que su amigo le acababa de decir. Por eso siguió preguntándole:-¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? -Pues a ver, sí la besé y sorprendentemente ella no se aparató- dijo Álvaro-. Pero tengo miedo, porque hoy no ha venido a clase y me da la sensación de que es por mi culpa. No responde a nadie por teléfono y en su casa no hay nadie. Dame consejo, no sé qué pensar…-No pienses ni por un momento que es culpa tuya por favor porque no lo es.A Alex le costó un rato más convencerle de aquello y cuando lo hizo fue gracias a que salieron un rato a mirar las estrellas. Aquella grandes estrella que para Alex eran personas, personas que dejaban el mundo e iban al cielo en forma de estrella para alumbrar la noche eternamente. Cada una diferente, tamaños, formas todo dependiendo de la persona.La estrella que más le llamó la atención fue una que parecía un diamante. Un diamante sí. Era muy grande y era de las que más brillaba aquella noche.Aquella estrella hizo a Alex de aquella niñita pequeña que falleció hace unos años por cáncer, gracias a ella los famosos se dieron cuenta de que el cáncer podía padecerlo cualquiera por inocente que fuera y eso hizo que las asociaciones que investigaban curas contra él recibieran grandes cantidades de dinero.Hoy en día se seguía investigando pero la cura estaba cerca, o eso al menos era lo que decían las revistas científicas esas que a una de su clase llamada Eider le gustaba leer. Eider era muy maja y aunque fuera un poco despistada llevaba una chica superdotada dentro.Cuando dentro de un rato los padres de Alex vinieron a casa Álvaro se fue y durante la cena sus padres no hablaron mucho, solamente para preocuparse de cómo estaba y asegurarse de que mañana no fuera, si eso podía quedarse estudiando.-Muchas gracias por todo a los dos- dijo Alex-. En serio, gracias por todo. Hoy mismo me he dado cuenta de que realmente os quiero, papa y mama. Bego y Jose se quedaron asombrados de que Alex les hubiera llamado papa y mama y pronto entendiron que de aquel día en adelante lo haría más a menudo, ellos también le querían más que a nada y por encima de todo.

Nota de autor:

Este capítulo es el último que dedicaré a la pequeña Iraila, espero que sea un diamante para siempre allí arriba en el cielo y espero que vea que se la quiere y siempre se la querrá.

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