Pues nada, tras el salto os enseñaré como podéis crear historias a través de las imágenes.
En mas de una ocasión os he comentado que las tendencias fotográficas cambian, cambian los gustos, los valores, las "reglas" fotográficas, lo que antes gustaba puede que ahora no guste, esto hace que la fotografía este viva, pero con ello no debemos perder nuestra esencia como fotógrafos, tenemos que seguir creciendo, pero creciendo haciendo lo que nosotros queremos hacer, no lo que nos imponen y ese quizá es el problema de muchísimos que se creen fotógrafos que solo por hacer las fotos que quiere su público ya piensan que saben algo.
No está mal hacer lo que el público pide, siempre y cuando sean nuestras fotos, no las fotos que te han dictado hacer, a ver, para empezar no está mal, se aprende, pero no con ello hay que considerarse que ya somos fotógrafos y encima ser profesionales.
Como siempre os he dicho la cámara no hace al fotógrafo, es una mera herramienta para ayudarnos a captar el mundo que nos rodea.
La fotografía consiste en contar una historia con nuestras fotos, como hemos visto hasta ahora necesitamos de unas palabras para poder escribirla, además de saber como colocar esas palabras, cosa que vamos a ver hoy.La narrativa visualContar historias a partir de imágenes, ya sean unitarias o como reportaje, con un conjunto de ellas, requiere del dominio de técnicas narrativas, además de un guión de realización que permitirá hacer comprensible la historia al observador.
Un buen planteamiento, además del guión, tiene un hilo conductor,un esquema narrativo secuencial, como pueden ser:
- Continuidad visual. Similitud de escenarios, de color, de luces, etc.
- Continuidad temática. Todo aquello que rodea un tema en concreto, siempre con un contenido que esté presente en el trasfondo del mensaje.
- Continuidad temporal. Un hecho que sucede a lo largo del tiempo.
- Una continuidad geográfica. Siguiendo un recorrido determinado,como un cauce de río, un sendero, una ruta, etc.
El fotógrafo puede utilizarlos para la transmisión del mensaje:
- Metáfora. Un elemento sustituye a otro en virtud a una comparación o similitud. Las cualidades de un objeto están en otro y los relaciona.
- Comparación o Símil. Igual que en la metáfora, pero ambos elementos aparecen en la misma imagen. Semejanza entre dos objetos a cualquier nivel visual.
- Sinécdoque/metonimia. Aunque como figuras literarias tienen connotaciones diferentes en, su equivalente visual es idéntica. Una parte representa al todo. Una cámara representa al fotógrafo, un volante a un coche.
- Hipérbole. Mediante recursos visuales se magnifica un objeto o persona. Es una exageración conceptual o de escala.
- Antítesis. Contraposición de una imagen a otra de significación contraria.
- Elipsis. Un salto temporal o en el espacio, un cambio de realidad basado en una mirada retrospectiva o al futuro, permite comparar dos situaciones, dos estados físicos de una persona, dos paisajes…
Las funciones del mensaje suelen estar mezcladas aunque predomine una de ellas claramente. Pueden aplicarse al lenguaje visual salvo la metalingüística, que se refiere a la semántica del propio lenguaje escrito.
- Función apelativa o conativa. Establece contacto entre emisory receptor, pretende provocar una reacción. El mensaje emitido pretende ocasionar una acción por parte del receptor. El ideal en nuestro medio de comunicación visual corresponde a aquellas acciones que apelan a la moral para mejorar a la humanidad o el entorno, como la fotografía social de denuncia o la conservacionista.
- Función referencial, representativa, denotativa o cognoscitiva. El contexto es muy relevante. Son mensajes objetivos de sucesos o hechos. Está presente en todos los actos comunicativos. Se da cuando el mensaje transmite información verificable sobre nuestro contexto o entorno.
- Función expresiva, emotiva o sintomática. Su principal sentido es la identificación y la expresión de objetividades y subjetividades del emisor del mensaje, siempre que se refiera a sí mismo, lo que en fotografía es prácticamente inevitable y es intrínseco al mensaje, identificable en mayor o menor medida, pero siempre presente.
- Función poética o lúdica. En nuestro medio podríamos decir que es la forma visual del mensaje, una función estética. Lo sorprendente, anecdótico, bello, grotesco, humorístico... La forma que envuelve al contenido. Aquí es donde el fotógrafo puede expresarse con cierta libertad sino está condicionado por un encargo. El mensaje establece una complicidad entre su creador y su observador, de forma que pueda expresarse una sutileza o inteligencia.
- Función fática. Es esencial para mantener la comunicación y comprobar la atención y disposición del receptor. No tiene contenido, es una llamada de atención. Por lo general las imágenes tienen una gran carga de varias de estas funciones, pero en un análisis debemos decidir cuál es la dominante. La interpretación de una imagen estará condicionada por nuestra naturaleza como observador, de nuestro estado de ánimo, de nuestros conocimientos sobre fotografía, sobre cómo interpretar su contenido. Por ello es muy importante “sensibilizarnos e instruirnos” contemplando fotografía histórica, moderna, documental, de moda... de forma que sepamos situar históricamente una imagen y su estilo, o si se trata de una inspiración moderna en los clásicos.
Es el concepto principal de la imagen, responsable a menudo del porqué de su existencia. El tema puede quedar abierto a la interpretación del espectador o bien estar muy definido.
Cuanto más universal sea el tema, más cantidad de potenciales observadores lo entenderán. Cuanto más trascendente y actual, más interés despertará.
El tema surge de lo que nos rodea, de lo que sucede en el mundo, como de lo que nos acontece en nuestro universo personal. El hecho que sucede o se busca se elige con respecto a una realidad profunda lo más universal posible. De lo genérico podemos llegar a lo concreto. Un pequeño detalle o gesto puede tener grandes significados. La imagen-síntesis busca explicar lo más concisamente posible lo que está sucediendo en una escena. Busca ese momento preciso en que todo es más inteligible y se aporta más información o con más impacto visual.
Las series fotográficas se enfrentan a la imagen-síntesis y permiten expresar mejor la elipsis, el salto en el tiempo, la evolución de un proceso. El espacio de información es mayor y también por ello el espectador puede esperar un mayor resultado a niveles de sorpresa. La serie plasma diversos momentos y en ocasiones cada imagen cumple un papel decisivo y no podría ser extraída del conjunto. Pero en ocasiones la conexión es menor, de tipo estético, geográfico, atmosférico, de comportamiento... y la importancia de cada imagen es menor.
Técnicas y Aplicaciones
EL SUJETO
La elección de un sujeto resulta fundamental en la realización de una composición. La valoración del estado del sujeto, su peculiaridad, forma, ubicación… resultan fundamentales en la obtención de resultados. Esta búsqueda puede hacerse de forma ágil, libres de equipo.
- Elegir un sujeto adecuado.
- Dedicar un tiempo a explorar su potencial.
- Buscar ángulos. Explorar el otro lado del sujeto.
- Tratar de obtener imágenes tanto estáticas como dinámicas.
- Atender especialmente a cómo queremos el fondo.
- Elegir la óptica adecuada al efecto que deseamos.
- En caso de ser necesario buscar paralelismo con el plano focal.
- Analizar la luz que recibe y la posibilidad de modificarla o complementarla.
- Prestar atención a si produce una sombra y si puede ser incluida en el encuadre.
- Un sujeto puede ser magnificado o bien empequeñecido mediante la aplicación de la escala. Buscar escalas, comparaciones de tamaño, contrastes entre volúmenes. Las técnicas del picado y contrapicado, apoyadas en una óptima elección de las focales contribuyen a crear esa sensación de escala, de que lo pequeño puede ser grande por comparación con lo diminuto.
- Decidir el tamaño del sujeto en el encuadre. Si queremos que forme parte del paisaje y nos muestre su entorno, dónde habita y cómo se desenvuelve su vida. En tal caso ocupará una pequeña porción de la imagen.
- O bien si queremos resaltarlo y perder el entorno en función a una enfatización del sujeto más impactante. En este caso hacemos una extracción del paisaje a un encuadre cerrado. Es en el momento de la toma cuando debemos decidir.
Romper el hábito de fotografiar al nivel de nuestro ojo. Adecuarnos al ojo del sujeto, o bien, en el caso del paisaje, buscar alturas diferentes y subjetivas, picado y contrapicado...
- Intentar determinar en el momento de la toma su eje o ejes.
- Vigilar siempre la situación del horizonte.
- Utilizar los ejes para particionar la composición y analizar la distribución de elementos.
- Aplicar los procesos de síntesis y análisis en los sujetos que forman la composición con respecto al eje o ejes.
- Practicar el cerrado del encuadre con sujetos y con objetos. Los sujetos miran hacia dentro o entre sí. Los objetos trazan un camino cerrado. Nada debe tender a sacar nuestra mirada de él.
- Prestar mucha atención a la dimensión de la imagen a través de líneas de fuerza, puntos de interés, puntos de fuga, proporciones como la sección aúrea o la figura humana.
Dejar que el lugar envuelva la escena, nos transporte. Perder referencias y entrar en elementos diferentes al sólido, que es el más frecuente, en el primer término de las fotografías. Sensación de flotar, de estar metidos en medios diferentes, ajenos en parte al ser humano.
- Realizar ejercicios de síntesis: Eliminar todo lo accesorio y centrar la atención en pocos elementos.
- En ocasiones no resulta buena idea intentar ponerlo todo en el encuadre. Controlar los elementos que ocupan el primer plano y cómo aparece el fondo.
- Buscar en la composición posibles zonas sin información para controlar la presencia de horizonte en el mismo. Atención también a su nivelación.
- Vigilar el estado del cielo y su grado de presencia / ausencia en el encuadre.
- Atender siempre a la proporción del horizonte y aprender las técnicas que lo eliminan o realzan.
- Esperar el momento adecuado. No sólo de luz, sino también de acción. Tratar de hacer que suceda, de controlar y provocar circunstancias. O bien a buscar la anticipación a ellas.
- Aprovechar el momento hace referencia también a aprovechar unas condiciones inusuales o difícilmente repetibles. Las condiciones de luz y meteorológicas son una importante baza y transmiten momentos únicos que añaden un gran valor a las imágenes.
- Una tormenta en ciernes, la niebla, la lluvia, la nieve, el viento, el granizo, la noche, el color rojo del cielo al alba… son situaciones que dan una gran carga a las imágenes, ya que pueden transmitirnos sensaciones (frío, calor, fuerza de los elementos) y además mostrarnos atmósferas y ambientes infrecuentes.
- Contar con imágenes un hecho o una acción. Debemos ser precisos, de esta forma podremos evitar la necesidad de utilizar palabras para describir lo que está sucediendo.
- Seguir el hilo de la acción.
- Prestar atención hasta el definitivo cese de acontecimientos.
- Vigilar la posible repetición de la acción o el comportamiento.
- Distribuir el peso de objetos y colores. Los más pesados abajo y los menos arriba si queremos transmitir estabilidad. Esta sería una composición más armónica.
- O bien al contrario, optar por el contraste para transmitir desequilibrio, tensión: una fórmula más provocativa.
- Además de distribuir el peso de los elementos de una u otra forma podemos provocar sensaciones de gran
- atracción mediante el desafío de una poderosa tendencia en el ser humano al equilibrio. Mostrar elementos
- con tendencia real o imaginaria al colapso crea una gran expectación visual.
- Para ello podemos apoyarnos en técnicas como el contrapicado, así como el uso de angulares extremos que distorsionen la perspectiva.
- Esforzarse por componer tanto en horizontal como en vertical.
- El formato vertical permite ejercitarse mejor en separar los planos y dar profundidad a la imagen.
- Por otro lado el formato horizontal resulta más complejo a la hora de distribuir pesos y elementos.
- Escalar con las focales. Tratar de utilizar una gama de focales amplia, desde el angular extremo hasta los teleobjetivos. En el caso de un sujeto buscar su ubicación en el entorno, su plano completo, su plano medio, retrato, detalles…
- Escalar ayuda a contar una historia, a realizar un reportaje, a obtener sensación de lugar. Mediante el uso de las focales podemos entrar y salir de la escena, transmitir la sensación de poder interactuar.
- Cuando algo sucede o el sujeto está en un estado óptimo debemos tratar de buscar nuevos ángulos y puntos de vista.
- Vigilar la espalda. En muchos casos estamos concentrados en un sujeto o acción, mientras que a nuestra espalda o a escasos metros de nosotros el encuadre es mucho más interesante.
- El otro lado del sujeto. Vigilar siempre cómo incide la luz y cómo aparece el fondo en otros ángulos y otras perspectivas de la toma.
- Aprovechar los tres niveles de expresión, el realista, el abstracto y el simbólico en nuestras composiciones y modos de abordar los sujetos.
- Para ello podemos valernos de técnicas similares a las empleadas en pintura, como el flou en lugar del difuminado o sfumatto y ejercitarnos en la abstracción.
- Intentar transmitir sensaciones, sutiles o evidentes. Si se encuentra un mensaje en el encuadre, tratar de reforzarlo mediante estas técnicas. Tener siempre en mente la simbología. Buscar metáforas visuales, aunque éstas tengan un componente cultural. Pensar en atribuir a nuestro encuadre un título genérico.
- Atención al ritmo, las repeticiones de formas, volúmenes, colores, líneas… Si el ritmo es muy rígido suele funcionar también el romperlo.
- Aprender a visualizar las texturas y a combinarlas con otros elementos.
- Encontrar las formas básicas y simples: Líneas, círculos, puntos, formas elementales.
- El uso de las focales aplicado a las formas resulta fundamental. Una gran piedra puede actuar como un punto si ocupa una pequeña parte del encuadre.
- Aprender a sacar partido a los contraluces, a visualizar los posibles resultados de formas muy claramente definidas y recortadas.
- La ambigüedad no es deseable en ninguna composición, ya que desorienta al espectador. Por tanto debe ser evitada, optaremos por la precisión.
- Los mensajes deben ser muy claros y estar expresados los más nítidamente posible. Todo debe responder a una intencionalidad claramente definida, que no deje, en la medida de lo posible, lugar a dudas.
- La anomalía en una composición debe ser correctamente tratada, procurando su aislamiento en el diseño de la imagen.
- La sensación de volumen en una imagen bidimensional se obtiene mediante el uso de los tonos.
- Un artificio visual también nos ayuda a percibir la tridimensionalidad de la realidad, la perspectiva.
- Para conseguir esa sensación debemos prestar especial atención a los puntos de fuga e intentar ubicar un objeto en ese lugar imaginario.
- La sensación de profundidad viene dada por una nítida separación de los planos.Puede lograrse mediante el uso del color, del tono o de los elementos.
- Lograr que los elementos queden aislados en cada plano crea una sensación muy estética a la vez que realza la profundidad de la toma.
- Esta sensación transmite también mucho volumen a la imagen.
- Para conseguir mayor sensación de profundidad podemos valernos también de efectos de desenfoque a diferentes profundidades de campo. De esta forma conseguimos dar sensación de lejanía en un plano bidimensional.
- El color es siempre un valor en la imagen. Pueden utilizarse para transmitir sensaciones primarias: frío – calor, o bien para despertar emociones. Los colores pasteles, no saturados, son armónicos, mientras que los colores saturados son provocativos, primitivos. Es el último valor a añadir.
- Es muy importante atender a las combinaciones de colores. A veces es una buena idea mezclar fríos y cálidos, aunque en otras ocasiones es mejor disociarlos. Los colores primarios son los que mayor fuerza visual tienen: amarillo, rojo y azul.
- Mediante el uso de los filtros o el ajuste de la temperatura de color de forma manual obtenemos dominantes de color, que proporcionan una atmósfera de color uniforme.
- Utilizar las sombras para dinamizar, crear volumen, trazar líneas en el suelo…
- Sacar partido de cualquier movi-miento recurriendo a velocidades de obturación bajas.
- La técnica del barrido, acompañando el movimiento deun sujeto de trayectoria prede-cible con la cámara y a velocidades relativamente bajas, da como resultado un efecto muy dinámico.
- Las diferentes velocidades de obturación proporcionan curiosos efectos de movimiento en elementos dinámicos, como sucede con el agua, las estrellas, la vegetación movida por el viento...
- Encontrar un sujeto o una composición interesante no suele ser fácil. Por ello, una vez que se haya determinado, deben agotarse las posibilidades fotográficas que nos ofrezca.
Pues ya está, ¿veis cómo no ha sido tan malo?, ya está, ya hemos terminado con la composición fotográfica, así que en los próximos capítulos el curso aprenderemos a poner en práctica toda la teoría que hemos aprendido hasta ahora, ya que empezaremos a ver como editar nuestras imágenes y conseguir mejores resultados.
¡Hasta la próxima!