Revista Opinión

CAPITULO 7. La Respuesta Pendiente

Publicado el 16 noviembre 2023 por Johnny Zuri @johnnyzuri
CAPITULO 7. La Respuesta Pendiente 12

La Respuesta Pendiente

—Hay una pregunta que necesito hacerte, Elara. Una que ha estado carcomiéndome desde que desapareciste —dijo Aidan, la seriedad eclipsando la ternura de su rostro. Estaban en la nave de Elara, a punto de despedirse después de una reunión que había sido un remolino emocional para ambos—. ¿Por qué estás aquí y no volviste a Xerxes? ¿Por qué me dejaste allí, preguntándome si alguna vez te volvería a ver?

Los ojos de Elara se encontraron con los de Aidan. Durante un momento, parecía como si estuviera sopesando cuánto revelar, cuánta verdad podía soportar su relación ya tensa.

—Aidan, debes entender que las cosas son mucho más complicadas de lo que puedes imaginar —comenzó Elara, su voz temblorosa—. Lo que está sucediendo es más grande que tú y yo. Es más grande que todos nosotros.

—Pero eso no responde a mi pregunta —insistió Aidan.

Elara suspiró profundamente, como si estuviera liberando un peso que había estado cargando durante mucho tiempo.

—Porque me necesitaban aquí, en este planeta. Y porque sabía que, si regresaba a Xerxes, correría el riesgo de llevarte a ti conmigo en algo peligroso, algo que podría ponernos a ambos en riesgo mortal.

Aidan sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral. Elara hablaba con una seriedad que raramente había visto en ella.

—¿Nos ponemos en qué tipo de riesgo? ¿De qué estás hablando?

—Hay más jugadores en este juego, Aidan. No somos solo tú y yo, ni siquiera es solo la humanidad. Hay… fuerzas que están moviendo las piezas del tablero, fuerzas que ni siquiera podemos comenzar a comprender. Y lo que descubriste en Xerxes, esa compuerta subterránea y lo que albergaba, es solo la punta del iceberg.

Aidan se sintió repentinamente pequeño, como si estuviera siendo tragado por un vórtice de incertidumbre y misterio.

—Entonces, ¿esto es más grande que solo Xerxes? ¿Más grande que la élite planeando abandonar la Tierra? ¿Es algo… cósmico?

Elara lo miró con una mezcla de admiración y tristeza.

—Exacto, es cósmico. Y es por eso que no podía volver, porque hay algo aquí que necesita ser comprendido, algo que puede cambiar el curso no solo de nuestras vidas sino de toda la existencia tal como la conocemos.

Aidan sintió que sus preocupaciones, aunque no resueltas, se estaban alineando en una imagen más amplia, un lienzo de infinitas complejidades y posibilidades.

—Elara, pase lo que pase, quiero estar a tu lado. Pero debes prometerme una cosa: no más secretos entre nosotros. Si vamos a enfrentar lo desconocido, tiene que ser juntos y armados con la verdad, toda la verdad.

Ella asintió, sus ojos brillantes con emociones no dichas.

—Lo prometo, Aidan. A partir de ahora, solo la verdad. Pero prepárate, porque la verdad es mucho más extraña y aterradora de lo que jamás podrías haber imaginado.

—¿Qué estamos haciendo aquí, Elara? ¿A qué o a quién estamos esperando? —preguntó Aidan, su paciencia casi al límite. Habían estado en el pequeño planeta en el que encontró a Elara, orbitando en su nave durante horas. A Aidan le parecía un limbo inexplicable.

—Paciencia, Aidan. Lo sabrás todo muy pronto. Pero primero, hay alguien a quien debes conocer —respondió Elara, su mirada se desvió hacia el panel de control donde una luz empezaba a parpadear. Un mensaje encriptado se había recibido.

Con un par de movimientos hábiles, Elara desencriptó el mensaje. Un conjunto de coordenadas apareció en la pantalla.

—Es hora —anunció, ajustando la trayectoria de la nave según las coordenadas recién recibidas.

—¿Hora de qué? —preguntó Aidan, sintiéndose como un extraño en un universo cada vez más enrevesado.

—Hora de que entiendas que no estás solo en esto, que nosotros tampoco lo estamos. Nos están esperando.

La nave comenzó a acelerar, zambulléndose en el espacio interestelar. El escenario exterior se transformó, las estrellas se volvieron líneas de luz al aumentar la velocidad. Finalmente, la nave se detuvo cerca de lo que parecía ser una estación espacial masiva, incrustada de tecnologías que Aidan nunca había visto.

Elara maniobró la nave hacia un hangar de la estación, donde aterrizaron con precisión. La puerta de la nave se abrió y una figura apareció en el umbral. Era una mujer mayor, su rostro lleno de líneas que parecían contar historias de décadas de experiencia y sabiduría.

—Permíteme presentarte a la Dra. Selene Lysandra. Ella es la cabeza del Proyecto Celestia, la iniciativa que ha estado detrás de todo esto —dijo Elara, su voz llena de respeto y admiración.

La Dra. Lysandra extendió una mano hacia Aidan.

—Bienvenido, Aidan. Ha sido un largo camino para llegar hasta aquí, y tenemos mucho que discutir. Pero te aseguro que cada misterio, cada pregunta que tienes, se responderá. Estás aquí porque eres crucial para lo que viene a continuación.

Aidan apretó la mano de la mujer, una oleada de anticipación, confusión y una chispa de esperanza recorriendo su ser.

—Entonces, empecemos —dijo.

CAPITULO 7. La Respuesta Pendiente 9

La Geografía del Alma

Dra. Selene Lysandra asintió, comprensiva, mientras Aidan expresaba la soledad que lo había atrapado en Xerxes durante años.

—Lo sé, Aidan. Hemos estado monitoreándote durante años, sabemos cuánto has sufrido. Pero también sabemos lo fuerte que eres. Tu fortaleza es una de las razones por las que estás aquí —dijo la Dra. Lysandra, su voz llena de una extraña mezcla de tristeza y esperanza.

—Mi soledad fue mi universo, y Xerxes, mi cárcel y mi hogar al mismo tiempo. Todo lo que conocía de la Tierra eran los vídeos que mis padres dejaron, fragmentos de una realidad que no había vivido. Imaginar la Tierra se convirtió en mi pasatiempo y en mi tormento —confesó Aidan, mirando a Elara, quien le devolvía una mirada complicada, una mezcla de amor y un secreto aún no revelado.

—Te entiendo —dijo Elara suavemente—, pero quiero que sepas que tu soledad terminó. Estás aquí porque tenemos un propósito más grande, algo que está más allá de nosotros como individuos.

—Si mi soledad ha terminado, ¿por qué siento que las respuestas que busco parecen alejarse más con cada revelación? ¿Por qué me siento más solo en un universo que acaba de expandirse? —Aidan inquirió, su mirada oscilando entre Elara y la Dra. Lysandra.

La Dra. Lysandra se acercó a Aidan y colocó una mano en su hombro.

—Porque la complejidad de las respuestas a menudo ensombrece su simplicidad inicial. Pero te prometo, todas tus preguntas tendrán respuestas. Y en cuanto a tu soledad, es un capítulo que estamos a punto de cerrar.

—¿Y qué pasa con la Tierra? ¿Qué pasa con las personas que dejamos atrás? —preguntó Aidan, su mente corriendo hacia las implicaciones de los secretos que había descubierto.

—Estamos trabajando en ello, Aidan. El proyecto Celestia no es lo que piensas. No es un éxodo egoísta, sino un último recurso contra un enemigo que todavía no comprendemos del todo. Pero con tu ayuda, esperamos cambiar eso —dijo la Dra. Lysandra, su mirada penetrante fija en Aidan.

Aidan respiró hondo, mirando de nuevo a Elara. Ella asintió, como si entendiera la tormenta de emociones que lo agitaba.

—Estoy aquí para lo que venga a continuación —declaró Aidan finalmente, su voz llena de determinación, pero también de inseguridad—. Pero necesito saber la verdad, toda la verdad.

—La tendrás —aseguró la Dra. Lysandra—, pero antes hay alguien más que debes conocer.

Aidan se quedó en silencio, anticipando otro giro en la espiral en constante expansión que se había convertido su vida. Pero esta vez, estaba listo. Al menos eso esperaba.

CAPITULO 7. La Respuesta Pendiente 10

Revelaciones y Reencuentros

La puerta de la sala se abrió silenciosamente, y una figura entró. Aidan la miró, incrédulo. Era un hombre de unos cincuenta años, el pelo ya canoso pero los ojos llenos de una energía joven. Llevaba una bata de laboratorio con el logotipo del proyecto Celestia.

«Padre», susurró Aidan, su voz apenas audible.

«Aidan, mi niño. Ha pasado tanto tiempo», dijo el hombre, sus ojos llenos de lágrimas contenidas.

Aidan se abalanzó hacia él, abrazándolo como si su vida dependiera de ello. En ese momento, las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar en su mente.

«Te hemos observado todos estos años, hijo. Xerxes fue… un experimento, un proyecto piloto para Celestia», explicó su padre después de separarse del abrazo.

«¿Un experimento? ¿Y qué hay de mamá?», preguntó Aidan.

Su padre bajó la mirada. «Tu madre fue parte del proyecto también. Pero algo salió mal; no pudimos traerla de vuelta. Lo siento mucho, Aidan.»

Un millón de preguntas giraban en la cabeza de Aidan, pero se quedó callado. Miró a Elara, que estaba al lado de la Dra. Lysandra.

«Elara sabía todo esto, ¿verdad?», preguntó.

Elara asintió con tristeza. «Lo siento, Aidan. Debí decírtelo antes, pero las circunstancias—»

«No importa», lo cortó Aidan. «Lo que importa ahora es qué vamos a hacer al respecto.»

La Dra. Lysandra intervino: «Esa es la razón por la que estás aquí, Aidan. Necesitamos tu ayuda para arreglar lo que está mal en Celestia y, eventualmente, en la Tierra.»

CAPITULO 7. La Respuesta Pendiente 11

Aidan miró a su padre, luego a Elara, y finalmente a la Dra. Lysandra. «Está bien, lo haré. Pero no por el proyecto, ni por cualquier otro gran plan. Lo haré por las personas que amo. Y voy a necesitar toda la verdad, sin más secretos.»

Todos asintieron, y en ese momento, Aidan se dio cuenta de que estaba al borde de un nuevo comienzo. Las sombras de su pasado todavía acechaban, pero frente a él se extendía un camino lleno de posibilidades, y estaba decidido a recorrerlo.


Volver a la Portada de Logo Paperblog