Revista Opinión

CAPITULO 8. El Núcleo de Celestia

Publicado el 16 noviembre 2023 por Johnny Zuri @johnnyzuri
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El Núcleo de Celestia

Aidan se sentó en una silla frente a la mesa de conferencias de la estación espacial, rodeado de pantallas y equipos que zumbaban con una actividad incesante. Frente a él, la Dra. Selene Lysandra comenzó a explicar el corazón del Proyecto Celestia.

—El Proyecto Celestia comenzó como una iniciativa de última generación para preservar la vida en la Tierra. Con el cambio climático acelerándose y los recursos naturales agotándose, era evidente que necesitábamos una solución radical —empezó la Dra. Lysandra.

—¿Y esa solución era construir refugios en el espacio? —preguntó Aidan.

—Eso era solo una parte. El objetivo principal de Celestia era mucho más ambicioso. Queríamos crear un ecosistema auto-sostenible en el espacio, una biosfera que pudiera albergar vida humana, flora y fauna, como un arca de Noé moderna —respondió ella.

—Pero Xerxes… ¿cómo encaja en todo esto? —inquirió Aidan, su mente aún tratando de asimilar la magnitud del proyecto.

—Xerxes fue un precursor, un experimento para entender los desafíos de vivir en un entorno extraterrestre aislado. Pero también era un laboratorio para estudiar los efectos psicológicos y fisiológicos en los humanos en tales condiciones —explicó su padre.

—¿Entonces mi vida allí… todo fue un experimento? —la voz de Aidan temblaba ligeramente.

—No solo un experimento. Aprendimos mucho gracias a ti, Aidan. Tu supervivencia y adaptación han sido clave para afinar los protocolos de Celestia —dijo Elara, su voz suave pero firme.

—Celestia no es solo un refugio, Aidan. Es una semilla de nueva vida, un nuevo comienzo para la humanidad. Y con lo que has aprendido, lo que has vivido, puedes ayudarnos a hacerlo mejor —añadió la Dra. Lysandra.

Aidan miró por la ventana a las estrellas, procesando la información. Su vida en Xerxes, su soledad, su lucha, todo había sido parte de algo más grande. Algo que podría ser la clave para el futuro de la humanidad.

—Entonces, ¿qué sigue ahora? ¿Cómo puedo ayudar? —preguntó, su determinación fortaleciéndose con cada palabra.

—Necesitamos que nos ayudes a perfeccionar Celestia, a hacerla verdaderamente habitable, a convertirla en un hogar para aquellos que la necesiten. Tu experiencia es invaluable para nosotros —respondió su padre.

Aidan asintió, sintiendo un nuevo propósito aflorar dentro de él. Celestia no era solo un proyecto; era un símbolo de esperanza, de supervivencia y de un nuevo comienzo. Y él iba a ser parte de ello.

Entre la Ira y el Deber

Aidan se levantó de la silla, sus puños apretados y su respiración agitada. La revelación de la Dra. Lysandra y las palabras de su padre lo habían dejado temblando de ira.

—¿Así que toda mi vida ha sido una mentira? ¿Un simple experimento para su gran proyecto? —su voz era un rugido, lleno de resentimiento y dolor.

—Aidan, entiende que todo lo que hicimos, lo hicimos pensando en un futuro mejor para todos —intentó su padre, extendiendo una mano hacia él.

Aidan rechazó la mano y retrocedió.

—¿Un futuro mejor? ¿A costa de qué? ¿De robarme mi infancia, mi vida, mis elecciones? —las palabras salían como balas, cada una cargada con años de soledad y confusión.

Elara se acercó a él, intentando calmarlo, pero Aidan se apartó.

—No, Elara. Tú también eras parte de esto. ¿Cómo puedo confiar en ti ahora? ¿Cómo puedo confiar en cualquiera de ustedes?

La Dra. Lysandra se levantó, su expresión era una mezcla de comprensión y firmeza.

—Aidan, lo que hicimos fue para asegurar la supervivencia de nuestra especie. Tuvimos que tomar decisiones difíciles, decisiones que nadie debería tener que tomar. Pero te necesitamos. Tu experiencia en Xerxes es invaluable para el éxito de Celestia.

—¿Y qué pasa con lo que yo necesito? ¿Qué pasa con lo que perdí? —Aidan se sentía como un volcán a punto de estallar.

Había un silencio pesado en la habitación. Finalmente, su padre habló.

—Nada de lo que digamos ahora cambiará el pasado, Aidan. Pero puedes cambiar el futuro. He de asegurar que lo que pasaste no sea en vano.

Aidan se dio vuelta, mirando a través de la ventana al vacío del espacio. Sentía una tormenta de emociones dentro de sí: ira, traición, tristeza. Pero, en lo más profundo, también había un atisbo de algo más. Una chispa de posibilidad, de hacer una diferencia, de cambiar las cosas para mejor.

Se giró hacia ellos, su expresión todavía dura, pero sus ojos mostraban una resolución recién formada.

—Participaré en su proyecto. Pero no por ustedes, sino a pesar de ustedes. Lo haré para que nadie más tenga que pasar por lo que yo pasé. Y espero que Celestia sea realmente la utopía que pretenden crear, y no otro experimento cruel.

Con esas palabras, Aidan dejó la sala de conferencias, decidido a tomar el control de su destino, a usar su pasado no como una cadena que lo ataba, sino como un faro que guiaba su camino hacia el futuro.

Ecos del Pasado

Aidan pasó horas revisando los archivos históricos en la biblioteca de la estación espacial, intentando encontrar conexiones entre los acontecimientos de la Tierra y el proyecto Celestia. Los recuerdos de su infancia, pasada en la soledad de Xerxes, se entrelazaban con las historias y eventos que había absorbido a través de los libros y grabaciones dejadas por sus padres.

Recordaba haber leído sobre España, el país de origen de sus padres, y su desintegración durante una era de conflictos políticos y secesionistas. Un nombre en particular resurgía en su memoria: Sánchez, un presidente cuyo mandato estuvo marcado por la controversia y las alianzas políticas con los enemigos de ese país, incluyendo pactos con grupos separatistas.

Perdido en pensamientos, Aidan se preguntó si había alguna conexión entre esos eventos tumultuosos en la Tierra y el proyecto Celestia. ¿Podría ser que los mismos poderes que orquestaron la desintegración de naciones en la Tierra estuvieran también detrás de Celestia? ¿Era parte de un plan más grande para remodelar no solo la política de la Tierra, sino también el destino de la humanidad?

Llevó sus inquietudes a la Dra. Lysandra, esperando obtener alguna claridad.

—Dra. Lysandra, he estado pensando… sobre la historia de la Tierra, los conflictos y divisiones, como lo que sucedió en España. ¿Es posible que haya alguna conexión entre esos eventos y Celestia? ¿Podría ser parte de un plan más grande?

La Dra. Lysandra lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de conocimiento y precaución.

—Aidan, los conflictos en la Tierra han sido numerosos y complejos. Y es cierto que, en ocasiones, ciertos intereses han buscado capitalizar esos conflictos para sus propios fines. Pero Celestia es diferente. Nuestra misión es preservar la vida, crear un futuro donde tales conflictos sean cosa del pasado.

Aidan no estaba completamente convencido. Había visto lo suficiente y había experimentado lo suficiente para saber que la verdad a menudo era más complicada y oculta de lo que parecía.

—¿Pero no podrían haber usado esos conflictos, como una distracción, mientras preparaban algo como Celestia? —insistió.

La Dra. Lysandra suspiró, como si estuviera considerando hasta dónde podía hablar.

—Aidan, el mundo es un lugar complejo, y no puedo negar que a veces, los proyectos como Celestia se han utilizado como cortinas de humo para maniobras políticas más grandes. Pero te aseguro, nuestro propósito es genuino.

Aidan asintió, aunque en su mente, las dudas persistían. La historia de la humanidad estaba llena de relatos de poder y manipulación. ¿Era Celestia realmente la excepción, o solo otra pieza en un juego de poder mucho más grande?

Decidió que, por ahora, lo mejor era seguir adelante con Celestia, pero manteniendo los ojos y la mente abiertos. Si había algo más detrás del proyecto, estaba decidido a descubrirlo.


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