-¡Buenos días!- Dijo Luisana con emoción- ¡Despierten! Prometieron que verían el amanecer conmigo.
Recuerdo muy bien ese día, todos estabamos contentos, porque pensábamos que faltaba un día de viaje, para llegar al Templo de Luz.
Nuestro campamento, se encontraba, en una pequeña colina, en la que se podía apreciar el amanecer. Entonces Luisana quería, que todos nos despertaramos temprano, para verlo juntos.
Ya llevabamos siete meses, desde que salimos de Torá, una pequeña isla al sur de Sura, de donde veníamos todos. Pasa por mi mente, el día que emprendimos nuestro camino.
Luisana quería ir a una isla al este de Siru, llamada Noria, donde espera aprender un hechizo de sanación de tinta, que usaba la médico de la aldea. Luego íbamos a dirigirnos a la capital de Siru, Sura, donde Track sería ascendido a Caballero del Reino y ejercería su cargo tres meses después.
Por último nos íbamos a dirigir al Templo de Luz, un santuario del ente de Luz, que mi madre hablaba en su diario.
Un mes antes, de empezar nuestra travesía, me habían dejado el diario, en la puerta de mi casa, con una carta de mi madre, Dayana, que explicaba que era suyo y que en él, guardo mucha información de sus investigaciones y viajes. También decía, que esperaba darmelo cuando cumpliera veinte y completará sus estudios. Los cumpli dos meses antes, de recibirlo en mi puerta.
Ochos meses después de eso, de muchas aventuras y grandes recuerdos. Estábamos a un día del Templo y revelar su secretos. Y si es posible, descubrir que le pasó a mi madre y el porqué de su desaparición.
-Ya vamos Luisana- Dijo Track despertando- Nos estamos levantando.
-Rapido, que ya falta poco- Dijo Luisana afuera de la carpa.
-Voy, voy, ya desperté- Dije mientras salía.
-¡Buenos días! ¿Animado por llegar?- Dijo al lado de una fogata, que encendio, para calentarse y cocinar el desayuno- Estoy haciendo pan tostado, con huevo y tocino.
– Tu desayuno, es lo que necesitamos para llegar- Dije mientras me sentaba a su lado y tomaba una taza de cafe- Esta es la mejor forma de iniciar el día.
Recuerdo lo bella que se veía Luisana ese día, con sus ojos azules, pelo largo y suelto, de morado claro, su piel brillaba, con la luz de la fogata. Es baja, pero su tamaño nunca la detuvo, puedo decir que es la más fuerte de nosotros tres.
-Ya estoy listo- Dijo Track saliendo de la carpa y estirándose- ¿De que me perdí?-
-No mucho, estamos terminando de hacer el desayuno y hablando- Dijo Luisana.
-Excelente, no he llegado tarde-
Track siempre llevaba un buen ánimo, incluso, si estuviera pasando algo malo. Él es de mi misma altura, pero más fuerte, tenía pelo corto y de color marrón.
-Ya viene ¡El sol está llegando!-Dijo Luisana con emoción.
Fue unos de los momentos más feliz que recuerdo y el último que tuvimos.
Todos nos sentamos juntos, viendo como amanecía, hablando y comiendo, como una familia. Ese día prometimos, que siempre estaríamos juntos…
