Si me preguntaban hace un año cuanto tiempo me iría a quedar viviendo en Ashburton estoy seguro que hubiese respondido: “como mucho, dos semanas”. La cuestión es que llevamos un año y cuatro meses viviendo en esta ciudad y hoy, 14 de octubre, se cumple un año de estar trabajando en la fábrica de productos congelados, Talleys.
A mediados de julio de 2013, y luego de estar 21 días de vacaciones por Fiji, llegamos a Ashburton. La idea era acompañar a Mica que se tenía que presentar en un tambo, pero no teníamos la más prostituta idea que iba a ser de nuestro futuro. Qué lindo! Nos quedamos una semana viviendo con Mica en el tambo y decidimos salir a buscar trabajo por esta zona. Para hacer algo, vio´. Conseguimos al segundo día de buscar y, como quién no quiere la cosa, nos pusimos a disposición de las consultoras Canstaff y Personnel. Hicimos diferentes tipos de trabajos como ya comentamos en post anteriores.
A fines de septiembre del 2014 tuvimos un par de semanas de inestabilidad laboral. Trabajábamos algunos días sí y otros no. Un poco cansados de estas incertidumbres, decidimos cambiar de rumbo y nos pusimos a buscar trabajo en el sur, en las plantaciones de cerezas (cherrys). Pero Ashburton no nos iba a dejar ir así porque sí.
Compartiendo comida en uno de los tantos Wash Down de los sabados
Como ya es habitual en este pequeño pero inacabable país, a los tres días conseguimos para trabajar en una granja de cerezas por Cromwell. Todavía no había empezado la temporada oficial y nuestro trabajo consistiría en acomodar todo para el inicio de la misma. Recuerdo que era un miércoles y nos teníamos que presentar en la granja el lunes siguiente. A su vez, Laura había enviado un mail a la fábrica Talleys por la misma fecha que aplicamos para las cherrys. El jueves a la mañana estábamos con los preparativos para el viaje al sur y recibimos un llamado. Era Richard, el manager de Talleys división Ashburton, que nos estaba convocando a una entrevista para la tarde de ese mismo día. Laura le dijo que íbamos a ir pero que éramos cuatro personas. Richard le dijo que no había problemas y que vayamos los cuatro. Al final terminamos yendo cinco porque se sumó a última hora Uimi nuestra amiga china que vivía con nosotros en el Hostel. Esa misma tarde quedamos contratados para empezar a trabajar en Talleys. Fue la mejor elección que hicimos. Por supuesto que llamamos a la granja de cherrys y les dijimos que nos disculpen pero habíamos conseguido un trabajo mejor. Nos dijeron que estaba bien y nos desearon mucha suerte en nuestro futuro. Y así fue como el lunes 14 de octubre de 2013 empezamos a recorrer nuestro camino por la fábrica Talleys.
Good choice Talleys…
Antes dije que haber optado por trabajar en Talleys fue la mejor elección que hicimos y esto es por varios motivos que paso a detallar.
Fiesta en casa con algunos de los compañeros de Talleys
El principal, por las personas que trabajar allí. Tenemos la suerte de compartir nuestras horas laborales con un grupo humano magnifico. Y no me refiero sólo a nuestro sector. Nos hicimos amigos de muchas personas con las cuales compartimos hermosos momentos. El enriquecimiento cultural que nos llevamos de Talleys es gigante, ya que trabajamos junto a personas de diferentes partes del mundo. Europeos, asiáticos, africanos, oceánicos y por supuesto, latinoamericanos (somos una plaga por estos pagos). Los cinco continentes reunidos en una fábrica de papas. ¿Quién diría, no?
Otro motivo importante de haber elegido Talleys es que nos permitió ahorrar… y mucho, para nuestros futuros viajes. Al tener trabajo asegurado de lunes a sábado, nos permitió contar con una buena capacidad de ahorro. Como en Nueva Zelanda el costo de vida es relativamente bajo para los viajeros, me refiero a acomodación, comida, transporte y ocio, pudimos ahorrar casi el 70% de nuestro sueldo semanal, dinero que pensamos invertirlo sólo en viajes por el mundo en los próximos meses.
Con Mica y Mauri cuando Talleys nos invitó a todos los empleados a un almuerzo por Navidad
El tercer motivo por el que elegimos Talleys es que gracias a esta fábrica pudimos conseguir un permiso de trabajo (Work Permit) en Nueva Zelanda, ya que nuestra Visa Working Holiday se nos venció. Esto nos permitió quedarnos más tiempo en este país y, relacionado con el motivo anterior, tuvimos más tiempo para ahorrar. Nos prepararon todos los papeles para presentar en inmigración, los enviamos y a los 15 días ya teníamos en nuestros pasaportes el Work Permit. Talleys se encargó de todo y nosotros desde un principio no nos preocupamos por nada porque sabíamos que conseguiríamos ese permiso.
Otros motivos son:
- Podemos disfrutar los fines de semana.
- Siempre tenemos trabajo, todos los días, llueve, truene o caigan patos de punta, cosa que no nos pasaba en otros trabajos.
- Podemos tomarnos 5 días por año pagos por enfermedad. Si quisiéramos nos podríamos quedar el tiempo que queramos trabajando en Talley´s.
- Son súper accesibles con respecto a las vacaciones que nos tomamos. De hecho, Mauri en febrero de este año se fue 6 semanas para Argentina de vacaciones y cuando volvió no sólo que conservó su empleo en Talleys, sino que le dieron un puesto mejor.
- El trabajo no es pesado ni agotador como otros trabajos que hicimos en Nueva Zelanda (kiwi, planting, etc).
- Podemos hacer horas extras si lo deseamos, y de esta manera sumar un poco más de dinero a nuestra cuenta.
Y bueno. Ese fue un breve resumen de nuestro año trabajando en la fábrica Talleys.
Que poco falta para irnos! No les voy a mentir que un poco de angustia y nostalgia tengo por dejar este país que tanto nos dio y nos enseñó, pero es el momento de emprender nuevas aventuras, nuevos desafíos por el resto del mundo.
Nos leemos en la próxima.
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