En la sima de la noche
los impotentes comulgan con la muertey pretenden avasallar ideas,ninguneados por censurasy los sedosos guantes del detenimiento,intentan desbordarse en camas vecinasde urbes conversadas con la timidezque les desagua contra las mínimas luces.
Embriaguez de la indulgencia sabatina,
para el aluvión de posibles inalcanzablescon sus edulcoradasretenciones.Capones silenciosos de la noche,la tenebrosidad taciturnales aplaza introvertidosantela lujuria de los cuervos...
Esta ciudad procrea sus eunucos.Pichy