ARDIENTE
¿Quieres soplarme en este ojo? -me dijo ella-. Algo se me metió en él que me molesta. Le soplé en el ojo y vi su pupila encenderse como una brasa que acechara entre cenizas.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
José de la Colina
Entrada núm. 2532[email protected]"La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura" (Voltaire)