Capusotto superlativo

Único y seguramente irrepetible. El humor que presenta este verdadero artista deja boquiabierto a muchisima gente, sobre todo a los más jóvenes. Un cóctel de risas, política, religión, entre otros temas que, con la excusa de la música y el rock, se entrecruzan dando resultado a una pieza de excelente nivel sociocultural.

En tiempos donde la televisión invita a la ignorancia, a la falta de creatividad y a la eterna, cansadora y bastardeada copia, imitación y material de archivo; Capusotto se rie de todos ellos y pone al aire, junto con Pedro Saborido (un excelente guionista) sketchs humorísticos de altísimo nivel cultural. Tan elevado que cierta parte de la audiencia (y en buenahora que suceda) debe sentarse a investigar y leer qué es lo que está diciendo entre líneas el artista.Es que Capusotto conecta brillantemente el humor con la protesta social, la lucha política, la cotidianeidad de la sociedad argentina (muchas veces opacada por la cadena nacional de asesinatos e inseguridad que pasan los medios masivos) y arma un especie de culto a la risa. Se ríe de y con los judíos, parodia a un neonazi, personifica a un cantante montonero (con toda la carga política que conlleva), e inventa un sinfín de personajes que solamente una cabeza magistral puede crear. 

Capusotto se ríe de todos y con ello construye significaciones varias. El hecho de que se emita por TV Pública es el primer eslabón en la cadena de significación. Capusotto es público, es el humor de todos. Una verdadera lástima que no tenga la audiencia que tienen otras basofias televisivas pero, en algún punto, el programa no sería el mismo. Ver Capusotto y sus videos es un exilio. Es escapar de la rutinaria y demagógica TV abierta que muestra la rara combinación de muerte y mujeres desnudas. Las cientos de miles de visitas a Youtube en busca de los personajes capusotteanos deja entrever que la actitud del público no termina frente al televisor. Los seguidores comparten los videos con sus amigos, en Facebook, en Twitter o a través de otras redes sociales. Con la ayuda de Internet, el programa se convirtió en un fenómeno que ya es utilizados en facultades de ciencias sociales como disparador y punto de partida para análisis históricos, sociológicos, lingüísticos y semioticos.Capusotto llegó a un punto superlativo. Inalcanzable para muchos que se dicen artistas o humoristas. Por la intelectualidad que denotan sus producciones; por el mensaje que le envía a la sociedad y por el nivel de creatividad que maneja.