Cara b: Ciudad de Brumas
Publicado el 16 enero 2011 por Juancarbar
Panini Noir continúa con la publicación en España de la línea Vertigo Crime. El último título que se ha venido a sumar a la colección es Ciudad de Brumas, un relato de corte negro en el que no hay ni asomo de los elementos fantásticos habituales en el subsello de DC. Se trata de un guión de Andersen Gabrych (Batman, Batgirl, Catwoman) ambientado en San Francisco en 1953. Frank Grissel es un detective privado arquetípico de la novela negra. Avejentado y en horas bajas, Frank es un tipo mujeriego, bebedor, cínico y con un carácter bastante agrio. Un asesino se está cebando en las prostitutas de la ciudad, y el detective se verá implicado al buscar a una chica desaparecida. Acabará envuelto en una red de tráfico de drogas y de seres humanos que afecta a gente muy importante de la ciudad. El San Francisco de Ciudad de Brumas guarda muchos secretos, pero también el mismo Frank tiene muchas cosas que ocultar. Igual que esa ciudad idílica no es lo que parece, ningún personaje en Ciudad de Brumas es lo que aparenta ser. A lo largo de todo el relato el protagonista se moverá entre deseos sexuales reprimidos que le obligarán a sacar al exterior más de lo que está dispuesto a asumir sobre sí mismo.
Brad Rader, dibujante de animación que ha trabajado también para
Image y
Dark Horse, se encarga de las ilustraciones de
Ciudad de Brumas. El artista retrata un
San Francisco cubierto de niebla y humo constantes con un estilo cercano al
comix underground de
Spain Rodríguez,
Damián Carulla o
Alfredo Pons (¿los recuerdan?). La suya es una técnica sucia, en ocasiones rudimentaria, pero eficiente, en la que las carencias anatómicas juegan en su favor para conformar un plomizo ambiente de corrupción y tensión sexual. Aún así no puede evitar dar la sensación de que su falta de brillantez sea consecuencia de que la editorial haya optado por recurrir a una opción que le resultase barata. Con acción e intriga a partes iguales,
Ciudad de Brumas en un comic con un argumento lo suficientemente enrevesado como para cumplir satisfactoriamente con los cánones del género. Una historia que dispone de estrategias narrativas bien hilvanadas y en muchos casos ciertamente atractivas, aunque flaquee también en algunos giros argumentales más propios del folletín, que se resuelven de manera francamente decepcionante. Una vez más
Panini Noir está resultando un experimento que, hasta la fecha, se está saldando con más pena que gloria.
Fran G. Lara