Cara b: The Ultimates

Jueves, 21 de octubre de 2010 Ver comentarios Dejar un comentario

Yo lo intento, de veras. Leo que han reeditado en un tomo el Estela Plateada de John Buscema, el Daredevil de Mazzucchelli. Todo el mundo se deshace en elogios. Obra maestra. Maravilla. Pero los hojeo y veo que no son para mí. Me siento como si dijera que no me gustan los Beatles. Cuando fueron publicados en su momento a mí ya me pilló en otro punto, entonces estaba leyendo las revistas de Toutain y descubriendo a los grandes clásicos. Me había iniciado con El Guerrero del Antifaz y El Jabato, y pronto había pasado a aquellas despatarrantes obras de Jack Kirby y Steve Ditko. Me había quedado deslumbrado con las páginas desbordantes de imaginación de Los 4 Fantásticos y Spiderman. Realmente me encantaban aquellos tebeos, pero pronto descubrí que no era por lo que me contaban, sino por cómo me lo contaban. No me gustaban los comics de superhéroes, me gustaba Kirby. Jamás he conseguido entrar el en universo de los pijamas. No se ofendan, pero siempre me han parecido una fantasía adolescente de músculos anabolizados, pechos megasiliconados y risotadas por la violencia en plan jackass. Lo que al tipo de tienda de comics de Los Simpsons le gustaría ser.

Pero muy bien. Pongamos que usted no ha leído nunca un comic de superhéroes. ¿Llegaría a saber de qué va The Ultimates? Más o menos. ¿La entendería? Probablemente no. La reescritura de The Ultimates es un nuevo intento por parte de Marvel de ofrecer comida recalentada. Otro esfuerzo más por poner al día su material clásico para venderselo a las nuevas generaciones. Pero en este caso queda más bien como un tochazo dirigido a gente que ya sabe de qué va la cosa, público con cierto background. The Ultimates se ofrece tanto a cuarentones que crecieron con El Rey Jack y que tienen ganas de ver contada la misma historia con un aire realista y actual, como a frikis de los pijameros que se dejan cada semana sus buenos 200 euros en grapas.

Mark Millar y Bryan Hitch nos cuentan una historia de carácter cinematográfico en la que hasta los rostros de los personajes tienen los rasgos de actores de Hollywood de primera línea. Es fácil imaginar este comic llevado a la pantalla grande, si es que no se escribió ya con un ojo puesto en esa futura adaptación. La Casa de las Ideas y La Meca del Cine parecen retroalimentarse y modelarse basandose la una en la otra. La acción se sitúa en los tiempos actuales y es una explicación del origen de Los Vengadores como creación de los científicos militares (o viceversa) para que lleven a cabo funciones de protección y defensa en las que el ejército no basta. En una época en la que la editorial norteamericana recicla contínuamente los orígenes de sus personajes más emblemáticos para ofrecerlos remozados a las nuevas generaciones, y presenta futuros dispares con los que liquida a su plantilla y la vuelve a resucitar, Millar y Hitch han dado con una fórmula válida y atractiva.

La historia que guioniza Millar está extraordinariamente bien narrada, con un nudo que engancha, personajes complejos y subtramas enriquecedoras. El dibujo de Hitch no le queda a la zaga y resulta espectacular, dinámico, y lleno de matices. Pero siguen siendo tipos con superpoderes disfrazados de forma ridícula y arreádose guantazos. The Ultimates es, en suma, un comic de adolescentes contado a los adultos. No esperen la imaginación desbordada de la Marvel clásica, pero sí un relato realista, totalmente maduro y casi (casi) creíble. Planeta DeAgostini ya ha editado estas mismas páginas en diversos formatos hasta la saciedad, pero ésta última promete ser la versión definitiva. Ahora a por el segundo tomo antes de que la serie, como todas, se malogre con el tiempo y acabe por corromperse, tornarse previsible y aburrida, hasta morir de éxito.

Fran G. Lara

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