Revista Medio Ambiente
Esta es la sorpresa que mis primos Asun y Pablo se encontraron cuando entraron en su despacho. Y la sorpresa ya fue mayúscula cuando en el salón se encontraron a su compañero, posado encima de de una mesita como si fuera un adorno de madera. Dos preciosos Cárabos (Strix aluco), la pareja que cría desde hace tiempo en el desván de su casa, se habían confundido de entrada y se habían colado por el hueco de la chimenea.
Como si se tratara de Athenea, la diosa griega de la sabiduría, uno de ellos eligió para posarse la lámpara de la biblioteca y movía la cabeza a un lado y a otro sin saber muy bien como había aparecido allí. Curiosamente, otra especie de Strigiforme, el mochuelo, recibe su nombre científico (Athene noctua) en honor de esta diosa, aunque después de esto no se si los cárabos se lo tienen más merecido.
¿Un adorno de madera o un cárabo?
Afortunadamente para estos dos búhos lectores habían elegido unos buenos compañeros de casa que se sentían muy afortunados de tenerlos de vecinos en el piso de arriba. Después de atraparlos con mucho cuidado ayudado por una manta, los volví a subir al desván donde sin lugar a dudas estarán más tranquilos.
Hoy por la noche, como todas las noches, volverán a salir a cazar ratones por los alrededores sin saber muy bien si la experiencia vivida ha sido real o sólo un mal sueño.