Revista Cine
Toda persona asentada en el poder, al igual que sucede con los superhéroes de cómic o los héroes de novela, tiene su némesis, su oposición y su resistencia. En el transcurso de nuestra Guerra Civil, hubo un grupo de guerrilleros contrarios al régimen franquista que trataron, por todos los medios posibles, de derrocar al General Franco y su gobierno. Eran los maquis.
De la mano de Cameo, nos llega una película de Lluís Galter, que gira en torno a Ramón Vila Capdevila, alias "Caracremada". El último maquis catalán [1], un personaje a medio camino entre el bandido y el héroe. El único que permaneció al filo del abismo cuando, en 1951 y ante la represión del ejército franquista, la CNT decidió retirar sus tropas.
El Ramón Vila Capdevila real, no el de la película (interpretado con gran brillantez por Lluis Soler), nació en la Cataluña de 1908, en Peguera concretamente. Su apodo de "Caracremada" (Cara-quemada en castellano) se dice que le viene dado por un incidente que sufrió en su infancia, cuando le alcanzó un rayo, dejándole como recuerdo esas cicatrices faciales que le caracterizaban [2], aunque la verdad es que sigue siendo un misterio, como muchos aspectos de su invisble vida.
En el 32, tras participar en una manifestación de trabajadores (recordemos que Vila fue integrante de la CNT), es encarcelado por alteración del órden público, lo cual ya le llevaría siempre a estar bajo vigilancia y a verse obligado, por la persecución policial, a tener que cambiar de residencia frecuentemente. En uno de estos "éxodos", mientras se encontraba con un primo en Castellón, fue abordado por fuerzas militares, produciéndose un tiroteo entre ambas partes, que dejó como resultado a uno de los oficiales muerto.
Una vez se desató la Guerra Civil, por parte de los bandos contrarios a las fuerzas que acababan de usurpar el poder por medio de un golpe de Estado, se echó mano de todo el personal posible, lo cual incluía también a los presos. Como era el caso de Ramón Vila, que encontró así la "libertad".
Tras salir Franco vencedor, Vila, huyendo del oscuro futuro que se le presentaba, cruza la frontera hasta Francia, donde finalmente es apresado y encerrado en un campo de concetración; campo del que lograría escapar al año siguiente a su captura.
De vuelta a España, y tras varias detenciones y fugas más, al finalizar la Segunda Guerra Munidal, Vila se agrupa a la resistencia antifranquista, operando en el Alto y el Bajo Llobregat.
En agosto del 63, muere tras recibir en el corazón el disparo por parte de un Guardia Civil del que huía.
Sísifo, según la mitología, fue el padre Odiseo y del dios marino Glauco. Se dice de él que además de ser una pieza fundamental de la navegación y el comercio marítimo, era un codicioso mentiroso que empleaba medios poco limpios, como el asesinato de viajeros por ejemplo, para aumentar su riqueza.
Una vez falleció, Sísifo fue castigado por Hades, al que había engañado previamente [3], a empujar una enorme piedra, hacia arriba, por la cuesta de una empinada ladera, con el inconveniente de que antes de alcanzar la cima, la piedra volvía a rodar haica abajo, teniendo Sísifo que comenzar de nuevo su misión.
Al igual que Sísifo, Caracremada tiene una misión eterna, dilatada en el tiempo, y, trístemente, poco fructífera. Acabar, por medio de sus actos de sabotaje, con el régimen franquista.
Caracremada es una de esas películas que uno ha de dejar reposar tranquilamente en su cabeza antes de ponerse a analizarla. Es el único modo plausible para que el discurso que se orquesta en torno a su visionado, se asiente coherentemente y podamos darnos cuenta de las maravillas que esconde el debut de Lluís Galter tras las cámaras.
"Caracremada", deudora del espíritu bressoniano (innegable en ese primer tramo), es una estimulante, abstracta, exquisita y arriesgada propuesta de bella factura que entusiasmará a aquellos que gusten del estilo de cine silencioso tan característico de Van Sant o Albert Serra y que se puede emplear en una sesión doble junto a "Pa Negre", ya que es un complemento perfecto de esta.
Película repleta de elpsis, de sonidos fuera de campo que nos sirven de guía y nos explican el día a día de un hombre de férreas e imperturbables convicciones; vemos, así, cómo vive en absoluta soledad, cómo se alimenta y de qué manera se emplea en nimios sabotajes al tendido eléctrico que en absoluto servirán para derrocar a un régimen, el franquista, para el que Vila no es más que una pequeña mosca revoloteando alrededor.
Por eso mismo decía que me recordaba a Sísifo, por la imposibilidad de que la meta ansiada pueda estar algún día al alcance de su mano. Porque en el fondo, a pesar de la inutilidad de sus acciones, para Vila ese era el mejor modo de demostrar su rebeldía.
NOTAS:
[1] El último maquis, al menos el último que ha quedado reflejado en la Historia, fue
[2] Otras teorías apuntan a que se quemó al caer sobre un brasero, pero lo cierto es que no hay datos que puedan ser esclarecedores, ni en este caso, ni en muchos aspectos de su vida.
[3] Antes de morir le pidió a su esposa que cuando muriese, ella no hiciese el sacrificio que se consideraba natural y obligatorio. Una vez muerto, se quejó ante Hades de que su mujer no estaba cumpliendo con sus obligaciones y le convenció de que le dejase salir de allí para disuadirla. Una vez en el exterior, se negó a volver al Inframundo, lugar al que fue devuelto por Hermes.
Y RECUERDEN, FALTA UNA SEMANA PARA QUE SE INAUGURE
"LA CAJA DE PANDORA", NO SE LA PIERDAN!!