Dado el revuelo que declaraciones del presidente Pepe Mujica han causado por una referencia a Cuba mientras se debaten temas sociales en Uruguay, un artículo de Gonzalo Perera: “Diario de Campaña: Cuba tiene para repartir” contiene argumentos muy atendibles. Comparto la inconformidad de Perera.
En el marco de una discusión nacional en Uruguay al respecto de temas sociales, como argumento en favor de su posición, el presidente José Mujica manifestó en una entrevista concedida al semanario "Búsqueda", en su edición del 17 de febrero, que:
"El campeonato de reparto en América Latina lo ganó largamente Cuba porque repartió como nadie"......"también está pagando las consecuencias. Ahora no tiene qué repartir"
Naturalmente estas afirmaciones han merecido una inmediata y paroxística amplificación por parte de la derecha internacional, particularmente los medios de los "caballeros de negro" que añoran "los buenos tiempos" de un tal Fulgencio Batista. Para ellos, estas declaraciones, que miren por donde se miren tienen un giro reprobatorio de Cuba, son "bocato di cardinale": un presidente de izquierda, ex-guerrillero, comenta que Cuba se quedó sin nada para repartir por culpa de tanto igualitarismo.
Así sean dos frases, que seguramente no reflejen correctamente el pensamiento de Pepe, sus palabras quedaron presas del papel y son desparramadas con felicidad en español y en inglés por medios que sueñan con invadir la isla para ejecutar a todo partidario de la revolución (para el que crea que exagero, mire en TV o en www.youtube.com los comentarios del afamado periodista peruano-estadounidense Jaime Bayly y verá la magnitud superlativa del odio ciego),
Desde el afecto crítico, siento que hay reflexiones que se imponen sobre estas declaraciones.
1. Tiene razón Pepe en que Cuba ha repartido las riquezas como nadie. No sólo en América Latina, sino en el mundo: es el único país donde techo, salud, educación, deporte, alimento son derechos inalienables efectivamente ejercidos desde la cuna.
2. Es cuanto menos una ligereza inaudita sostener que el problema de Cuba es que esté pagando las consecuencias de sus ejemplares políticas sociales. Porque como es evidente, debe soportar estoicamente las consecuencias del feroz y criminal bloqueo por parte de USA, el que incide incluso sobre terceros países, violando los más elementales principios del derecho internacional. Agresión económica que se ha prolongado en acciones violentas directas, como los atentados con bomba contra aviones civiles, hoteles e instalaciones turísticas ¿Cuánto resistiríamos en Uruguay sin izar la blanca bandera de la rendición incondicional si nos bloqueara USA, impidiendo el comercio con terceros, poniéndonos bombas por aquí y por allá?
3 ¿Por qué razón el Presidente del Uruguay, para sostener su opinión sobre un tema de política interna uruguaya, evalúa en dos líneas un proceso que se enmarca en la estricta soberanía de la República de Cuba?
4. Me he referido en esta misma página al proceso de revisión de lineamientos políticos y económicos que está viviendo Cuba. Los uruguayos respetamos la autodeterminación de los pueblos, y muchísimos admiramos particularmente el muy destacado legajo en materia de sacrificio y valentía del pueblo cubano. Por eso, seremos muchos quienes vamos a acompañar fraternalmente las decisiones que los cubanos se den a su manera, tiempo y forma, en asuntos que les corresponden a ellos- y sólo a ellos- decidir. Pero compartimos aquí, un tiempo atrás, parte de los documentos emanados de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba, donde se explicita que el desafío del momento se trata de mejorar la eficiencia de la gestión y producción para preservar los derechos sociales universales propios al socialismo. Derechos universales, de los que, lamentablemente, bien lejos estamos en Uruguay.
5. Con todo respeto, pero además con afecto, desde el compromiso de brindar una simple opinión pero completamente sincera, creo que Pepe no debió hablar de Cuba para discutir sobre Uruguay. Pero ya puesto a hablar, no debió "comerse" un detalle llamado "bloqueo". Y por último, creo que no debió decir que Cuba ya no tiene qué repartir. Porque Cuba continúa repartiendo médicos para realizar la más seria y sistemática asistencia sanitaria que recibe Haití (y sin portaaviones). Como repartió oftalmólogos para ciudadanos uruguayos privados de su visión, cuando la concentrada distribución de la riqueza uruguaya condenaba a más de diez mil personas a la ceguera. Como continúa repartiendo, entre otros a jóvenes uruguayos de modestos recursos, año a año, la posibilidad de realizar en Cuba estudios de Medicina de primera calidad, a los que no pueden acceder en Uruguay.
Desde lo mucho querible del compañero Pepe y desde la investidura de Presidente de la República, me duele mucho leer sus palabras en medios que las usan para hacer propaganda antirrevolucionaria. Sinceramente, no creo que estas palabras representen de manera fidedigna el pensamiento actual de Pepe. Pero ya volaron a los cuatro vientos, y si hay lugar para una aclaración, bienvenida sea. No tendrá ni la mitad de difusión, pero al menos reconfortará a más de uno. Porque, en todo caso, estas frases sueltas ciertamente no representan el pensamiento de una gran cantidad de uruguayos, particularmente frenteamplistas.
Pero lo que más me duele en toda esta historia no transcurre en Uruguay, sino en la verde isla. Donde algo más de once millones de hermanos, durante más de 50 años le han "parado el carro" a la "remake" de la Antigua Roma decadente, con sus Calígulas y Nerones. Donde construyeron la única sociedad donde "ser humano" es una afirmación positiva de derechos efectivos, desde el mismo momento que se nace. Y quienes han pasado duras pruebas en lo material, como en los peores momentos del "Período Especial". Pero jamás han sufrido de escasez de solidaridad, tenacidad y gratitud.
De eso, el pueblo cubano tiene tanto, permítame señor Presidente, permítame querido compañero Pepe, que estoy seguro que puede seguir repartiendo y al por mayor.
http://www.larepublica.com.uy/contratapa/442081-diario-de-campana-cuba-tiene-para-repartir