(Publicado el 31 de octubre de 2008)
Encuentro que uno de los trabajos más nobles de un ser humano es ser peluquero, cuando camino por la calle siempre me ha gustado mirar al interior de las peluquerías, en ellas se hacen maravillas, son lugares llenos de sueños, con olor a perfume de mujer, el deseo de pasar las penas, de enamorar, de sentirse bien, ser más joven... el salón de belleza siempre es un lugar mágico mejor que el sicologo y el siquiatra... ahí las lagrimas se convierte en ganas de vivir y por cada pelo que cae al piso hay un deseo creciente de reencarnación. Sentirse bien, porque amarse a uno mismo es el principio de todo lo bueno.
¿Qué tendrá el dulce que nos hace más felices...? creo que es una de las pocas cosas que me hace salir del departamento cuando hace frío, es el deseo de comer algo dulce cuando me siento solo, así camino por los escasos negocios abiertos el fin de semana cerca de mi barrio para comprar un chocolate o un dulce... ahí me devuelvo como un niño feliz, igual de sólo pero con un poco mis ansias más calmadas por la compañía del sabor.
En un salón de belleza entendí lo que pasaba en un mundo distinto como el de Beirut, acá la ciudad es la del siglo XXI, con una mezcla entre el Islam y el catolicismo europeo una peluquería con una letra a punto de caer es el lugar en los sueños libaneses se debaten entre una sociedad que tiene su propio modo de ser libre. Desde los bellos ojos de Nadine Labaki la dirección y el protagonismo se convierten en Layale, la otra... que espera ilusa el día en que su amado deje a sus esposa y a su hija para quedarse con ella.
El salón de belleza es atendido por tres mujeres, Layale (Nadine Labaki), Nisrine (Yasmine Al Masri) y Rima (Joanna Moukarzel), cada una con su propia historia. Nisrine con un novio próximo a casarse, pero con el secreto de no ser virgen y Rima que timidamente sólo con una mirada a los ojos penetrante demuestra que lo suyo es amar a otra mujer, en una sociedad no preparada para una lesbiana. Los sueños de amar estan presentes en todos nosotros, para algunos no nos ha sido fácil, los años pasan y cada uno con su propia historia sigue marchando.
Rosa (Siham Haddad) vive con Lili (Aziza Semaan) su hermana mayor que ya se encuentra enferma y viviendo sus propias fantasías, por cuidarla ha dejado de cuidarse a si misma, pero el amor parece comenzar a llegar en esos días en que parece que el otoño comienza a inundar la vida... las esperanzas resurgen... y todo se ve más bello. Así la música parece sonar más fuerte y los colores son más bellos.
El caramelo es una mezcla de la dulzura del azucar, zumo de limón y agua todo hervido se convierte en el caramelo que sirve para depilarse con el dolor del arrancar rápido las tiras, parece ser que se pasan las penas más rapidamente.
Los ojos de mujer se notan en los mínimos detalles, esos que hacen la gran diferencia entre lo tosco de nosotros, con la complejidad femenina de sus miles de elementos muestran que la mujer tiene una belleza más allá de su propia creencia. Yo me sorprendo maravillado de ellas cuando uno se acerca al cuello y siente un aroma único, cuando miro el pelo que brilla y se mueve al viento, cuando las pestañas se extiende fuertes y largas, cuando los aros cuelgan y combinan con otro lugar del cuerpo, cuando el caminar, el mirar son un cosmos propio que tiene planetas, luceros y cometas que la convierten en una de las cosas más maravillosas y por las que más ganas dan de seguir soñando que se puede ser feliz...
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Página en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinitty
3.- Sukkar banat en Wikipedia
4.- Trailer