Caramel Popcorn: The Music Never Stopped

Holau. ¿Cómo andan? Yo indignada conmigo misma porque prometí volver por aquí el miércoles y estamos a sábado y bueno, todo mal hago. Si me permiten poner una excusa, tenía planeado volver con el IMM de lo que compré durante Abbie en Argentina 3.0 pero además estaba esperando unos paquetes que nunca llegaron y entonces no mostré nada porque quería que vieran todo junto. So, that's why.Pero hoy ya no podía esperar más, y, con mi regreso, les traje una nueva sección del blog: Caramel Popcorn, que obvio ya adivinaron que es de películas (¡y adivinaron bien!). Ya sé que saben que odio las películas, pero últimamente estoy viendo más así que pensé why not y aquí estoy. 
Título: The Music Never Stopped / La música nunca dejó de sonar Director: Jim KohlbergAño: 2011País: Estadounidense Género: DramaDuración: 1 hora 45 minutos

"La historia de un padre que lucha por conectarse con su hijo Gabriel luego de que este sufra de un tumor cerebral que evita que forme nuevos recuerdos. Con Gabriel incapaz de abandonar las creencias e intereses que causaron su separación emocional y física, Henry debe aprender a apreciar las decisiones de su hijo y tratar de conectar con él a través de la música."

Comencé a ver esta película de mala gana una noche con mi familia; nunca había escuchado de ella y el título no me llamaba la atención. A medida que fueron pasando los minutos, me vi inmersa en la historia sin poder apartar los ojos de la pantalla ni un segundo, y no porque fuera particularmente rápida o llena de acción, sino porque era real y porque era conmovedora.La historia comienza con Henry y su esposa visitando el hospital donde su hijo está internado por un tumor cerebral, no lo han visto hace veinte años y ahora su hijo tiene un daño permanente y nunca más va a volver a ser el mismo, así que después de un tiempo, lo ingresan a un hogar de cuidados especiales. El chico, por un largo tiempo, no muestra ningún avance, apenas puede comer solo y no parece reconocer nada a su alrededor y aunque la madre le tiene paciencia y cariño, el padre apenas puede mirarlo sin desesperarse, y ojo, que no es porque no lo quiera, sino que a mi me parece que es demasiado para él verlo así y no poder hacer nada, así que se aleja y va dejándolo solo. Eso hasta que pierde su trabajo, y es su mujer quién debe salir a trabajar, obligándolo a él a pasar tiempo con su hijo enfermo. En este punto yo estaba bastante enojada con Henry, porque no parecía querer mucho a Gabriel, pero de a poco se va interesando en su hijo, y cuando se entera de que existe la terapia musical y que quizás eso podría ayudar a su pequeño, entonces se gana mi corazón. De a poco, y con ayuda de las canciones que Gabriel ama (y que Henry odia, detesta, aborrece con todo su corazón), el chico va recuperando sus capacidades y el hombre ve cómo su único hijo vuelve a la vida. Y entonces esa música del demonio no le parece tan mal.La película se construye alrededor de flashbacks producidos por las canciones que escucha Gabriel, y de a poco nos vamos enterando de la historia de esta familia, que parece bastante triste considerando que no aprovecharon el tiempo que tenían juntos cuando pudieron. Además de eso, Gabriel es un personaje adorable, con la inocencia de quién no entiende nada de lo que pasa y hace lo mejor que puede, y Henry es un hombre lleno de defectos, que también da lo mejor de sí, y creo que esta película es sobre eso: sobre hacer lo mejor para que el otro esté bien.Lloré un montón al final de la película, sobretodo porque está basada en una historia real y me pareció todo muy triste pero a la vez muy hermoso.No es una película de lo que se dice 'taquillera', pero es muy bonita, e incluso fue premiada en Sundance, así que quizás quieran darle una oportunidad.
 4 / 5