Revista Viajes

Cardiff, puerta de entrada a Gales

Por Martafr1975

Por fin llegaron las ansiadas y esperadas vacaciones de verano. Este año nos esperan los paisajes de Gales, pequeño país pero no falto de rincones por descubrir. Playas, montañas, senderos que recorren toda su costa y una cultura rica y peculiar.

Lunes 13 de agosto

Después de tres duras jornadas de trayecto, 1250 kilómetros hasta Calais (dos días) donde cogimos el ferry hasta Dover y 380 kilómetros más hasta Cardiff con las consiguientes retenciones de tráfico propias de los alrededores de Londres, llegamos a la capital de Gales.

Cardiff no es una ciudad imprescindible pero es un buen punto de salida para adentrarse en Gales y un lugar estratégico donde descansar después del largo viaje.

Nos alojaremos durante dos noches en el Cardiff Caravan and Camping Car, un camping pequeño, pero bien cuidado y, lo mejor, tan cerca del centro que se puede ir andando.

En GB, como en la mayoría de países europeos, a partir de las seis de la tarde poco se puede hacer ya… Todo cierra, excepto los pubs, pero necesitábamos estirar un poco las piernas y fuimos a hacer una primera introspección por la zona para acabarla, como no, en el pub Brewhouse and Kitchen (a pocos metros del camping) tomando una pintas de cerveza artesanal.

Martes 14 de agosto

El primer edificio que nos da la bienvenida nada más entrar en el centro de Cardiff es el imponente Estadio Principality, erigido en 1999 para albergar la Copa Mundial de Rugby, deporte que si en Gran Bretaña es afición aquí es una auténtica devoción y el deporte nacional por excelencia.

A pocos metros se encuentra la principal atracción turística de Cardiff, el castillo construido en pleno casco antiguo de la cuidad en el siglo XI por orden de Robert Fitz Hamon y emplazado en el interior de un fuerte romano. En el siglo XIX fue remodelado por el Marqués de Bute, siendo este edificio un buen ejemplo de eclecticismo arquitectónico por la cantidad de estilos que hay en los diferentes salones, desde elementos medievales a árabes pasando por gótico y griego.

El interior de su muralla conserva un túnel que hizo construir el cuarto Marqués de Bute como refugio antiaéreo y que prestó a las habitantes de Cardiff durante la Segunda Guerra Mundial. En él llegaron a alojarse durante los ataques hasta dos mil personas.

La visita puede ser muy agradable, siempre y cuando un avispero lleno de agresivas avispas no empiecen a picar a los trabajadores y visitantes… tuvimos la mala suerte de vivir un momento de agonía con estos insectos y la cosa fue bastante seria cuando tuvo que venir una ambulancia a atender a un pobre trabajador del castillo que, literalmente, pasó por nuestro lado con centenares de avispas que le picaban sin compasión. Una de ellas se desmarcó del grupo y atacó a mi marido que acabó con dos picadas, algo irrisorio si lo comparamos a las picadas que recibiría el pobre señor… Solo espero que se recuperase.

Acabamos la visita justo a la hora de comer (su hora de comer, nuestra hora del almuerzo). Un buen lugar para hacer una comida rápida y local es el Cardiff Market, ubicado en un edificio victoriano en pleno entramado comercial de St. Mary Street. Aquí se pueden encontrar frescos, comidas preparadas de diferentes lugares del mundo y típicos platos galeses para comer en la misma barra del puesto o en las mesas exteriores. Uno no puede perderse las maravillosas welsh cakes (galletas galesas) del Cardiff Bakestones, cocinadas allí mismo y servidas recién sacadas del horno. Las welsh cakes son unos dulces tradicionales hechos de mantequilla, harina, azúcar y pasas que, en algunos casos se rellenan de mermelada o de otros ingredientes para darles diferentes sabores.

El chiribiri constante que parece que no moje pero va calando, deja paso a unos rallos de sol en el momento que nos dirigimos a Cardiff Bay, zona donde se alinean los edificios más modernos de la ciudad, como el edificio Senedd (sede de la Asamblea Nacional de Gales) y el majestuoso Millenium Centre (sede de la Ópera Nacional de Gales y la Orquesta Nacional Galesa de la BBC), con espacios abiertos y lugares de ocio y restauración como el Mermaid Quaid y desde donde, antiguamente, salían los barcos cargados de carbón que se exportaban al mundo durante la Revolución Industrial.

Al atardecer llegó la hora de la pinta de cerveza en el pub. El Goat Major, en St. Mary Street es uno de los de solera, con sofás de madera y sillas tapizadas con oscuros textiles. Exactamente como esos que salen en las películas británicas y en los que la decoración se pensó hace ya algunas décadas.

De vuelta al camping cruzamos, de nuevo, por el Bute Park, el corazón verde de Cardiff. Una extensa área de parque equivalente a 75 campos de fútbol, donde los locales y visitantes practican deporte, pasean o descansan en sus zonas ajardinadas y arboladas.

Ya en nuestra pequeña y acogedora caravana, toca una ducha reponedora y una cena ligera a base de una ensalada con ingredientes comprados en el Cardiff Market.

Cardiff, puerta de entrada a Gales

Cardiff, puerta de entrada a Gales

Cardiff, puerta de entrada a Gales

Cardiff, puerta de entrada a Gales

Cardiff, puerta de entrada a Gales

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