Ya que estamos en uno de los epicentros de la Semana Santa, tocará contar algo relacionado con religión.
En la sendita hacia el Acueducto Renacentista de Cuenca fotografiamos hace ya cuatro años este cardo mariano. Silybum mariano es su nombre científico, pero también lo podemos oír nombrar como cardo lechero, cardo de María o cardo borriquero.
Su denominación mariana proviene de uno de los muchos momentos en que María protegió a Jesús. El que atañe a esta hierba es la creencia de que los soldados de Herodes buscaban al Niño Jesús para cumplir con el mandado de eliminar a todos los niños menores de dos años en Belén. En ese afán de una madre protegiendo a su hijo, se derramó leche materna del pecho de María, recayendo sobre esta planta y dando apariencia lechosa a sus tallos. Es tal la asimilación de esta creencia, que durante la Edad Media se creía que el cardo borriquero ayudaba a la secreción de leche.
Ha pasado a nuestros días con el simbolismo de fuerza, protección y que sirve para romper maleficios.