CARICIAS
Un martes reviví bajo tus piernas
mientras adornabas mi cabeza
ajustabas mis cabellos
piel blanca, ojos rasgados, labios de cereza
Dormíamos en la naturaleza
desnudos y libres
dentro de un caracol
la lluvia hidrataba
nuestra médula
el mar nos atrapó
tan sensible, tan volátil
tan crédula
como una serpiente atacando
siendo cazadores sin culpas
un león devorando
intranquilos, impacientes
suavizando
y arropando
subiendo sobre hojas muertas
en el contorno de tu cuerpo
cada fibra, cada lunar,
cada pequeña cicatriz
que te ha dejado el tiempo
tengo tu nicho en el alma
en fragmentos, en cenizas
en plena oscuridad y en calma
un reloj de arena
bajando en mi cintura
cantando en tu oreja
con alas abiertas y un poco de diablura
tu cuerpo helado
flexible, sobre tus clavículas
blando y con flacura
reposando en tus hoyuelos
perforando con ternura, limando
las curvas, que se impactan
como manchas sobre un papel
en blanco
dibujadas con pinceles
de tus dedos
…