Desde finales del pasado año Cáritas está llevando a cabo un análisis de la realidad del mundo rural en diversas localidades de la comarca de Almadén y de Los Montes, un análisis en el que están participando diversos colectivos tales como asociaciones de amas de casa, jubilados, AMPAS de los colegios, grupos de jóvenes de catequesis, así como los propios voluntarios de Cáritas, entre otros.
El objetivo es procurar que ese análisis cuente con la participación del mayor número posible de personas para tener mayor y mejor conocimiento social, y conocer así de primera mano las necesidades y demandas de las personas que viven en el medio rural y de este modo, orientar las acciones de Cáritas hacia la realidad que se está viviendo. Inmersa en todo este proceso, Cáritas pretende realizar una presentación de los resultados de este trabajo, abierto a toda la comunidad, junto con una pequeña exposición fotográfica, en todas aquellas localidades donde se ha realizado el análisis, esperando que este sea el punto de partida de alguna iniciativa en la que pueda implicarse toda la comunidad. Cáritas Diocesana de Ciudad Real recuerda que la pobreza en el medio rural, o mejor dicho las pobrezas, hay que contemplarlas desde varias dimensiones y no exclusivamente desde una mirada cuantitativa – económica. La perspectiva adecuada debe ser, relacionar el análisis de la pobreza con el análisis de otras dimensiones y ámbitos de la realidad rural: económico, territorial, social, cultural, espiritual, etc. De ahí que Cáritas entienda la acción contra la pobreza en el medio rural integrada dentro de procesos más globales de desarrollo que afecten al conjunto de la población y el territorio, no sólo por la propia realidad del medio rural, sino porque es necesario aprovechar las peculiaridades de este medio en lo relativo a las redes de solidaridad vecinal o a las mayores posibilidades de trabajar por construir comunidades acogedoras, o a llevar a cabo planteamientos de desarrollo sustentable. Mujer y medio rural Cuando comenzamos a escuchar que la crisis empieza a remitir, la voz femenina de los pequeños pueblos rurales, se alza para recordarnos las diferencias muy acusadas que existen comparadas con el resto del país. Cáritas recuerda, ante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Rural, que en las zonas rurales el número de habitantes disminuye (la mayoría son ancianos), el índice de natalidad baja, carecen de servicios sanitarios, las escuelas se cierran, los medios de transporte son deficientes, con el consiguiente aislamiento de los centros urbanos. Y en esta situación la ausencia de progreso y estancamiento hace que los pueblos pequeños queden marginados y sin perspectivas de cambio, sobre todo y especialmente para la mujer, que ante un nuevo modelo de relaciones sociales, se ve relegada al cuidado y mantenimiento del hogar: sin reconocimiento social, sin derechos laborales, sin remuneración, sin horarios…minusvalorando así su aportación a la producción y desarrollo de los pueblos. Su incorporación al mundo profesional se ve fracasada por el alejamiento de los centros urbanos haciendo muy difícil, por no decir imposible, tareas de promoción, participación e inserción en procesos integrales para acceder a sus derechos sociales; como empleo, sanidad, educación, gestión administrativa etc. situación que las lleva a buscar donde poder desarrollarse e integrarse. Marina Arenas, directora de Cáritas Almadén asegura que la protección y prestaciones sociales que reciben las mujeres rurales son insuficientes y sólo palian a corto plazo situaciones límites no siendo una alternativa a la incorporación laboral.La inquietud de la mujer por trabajar se ve frustrada por carecer de servicios completos, de formación básica para la inserción socio-laboral. Cáritas Diocesana de Ciudad Real observa que son las mujeres las que, ante esta realidad, buscan en esta organización de la Iglesia Católica orientación y apoyo para salir de su situación. Y Cáritas desde la acción eclesial y comunitaria, que hace visible el mandamiento del Amor, llama la atención a la sociedad descubriendo la situación de injusticia que vive este colectivo, a la vez que ofrece su integración y realización personal mediante la incorporación a los proyectos que realiza en estas zonas a favor de este sector tan marginado, ayudando a que ellas mismas, sean las protagonistas de su propia inserción social y reivindiquen los derechos que en justicia les corresponde. Fuente: miciudadreal.es Compartir