Para Jung, el fenómeno ovni es primordialmente un hecho religioso; crecido en una sociedad que cada vez con mayor indiferencia se confiesa atea ha encontrado en la tecnología y el cientifismo su nueva religión. A diferencia de lo que ocurre con el rumor común para cuya difusión y desarrollo basta con la curiosidad, la condición previa para que se extienda un rumor visionario es siempre una emoción singular y una fuerte excitación de los sentidos. Los ovnis convertidos en rumor visionario se caracterizan como figuras fantásticas fruto del inconsciente colectivo de nuestra era tecnológica, que revelan miedo a la muerte y deseo de redención. Imágenes arquetípicas que no han surgido a partir de las recientes observaciones de platillos volantes, sino que siempre existieron. Los símbolos de forma circular desempeñaron en todas las culturas y en todas las épocas un importante papel, en nuestro ámbito cultural, además del símbolo del alma, también representan la imagen de Dios: Dios es un círculo cuyo centro está en todas partes pero cuya circunferencia no se encuentra en ninguna. Epifanías que de múltiples maneras van unidas en la tradición con el fuego y la luz, la manifestación ovni históricamente se ha expresado casi siempre con efectos luminosos. La simbiosis entre lo consciente y lo inconsciente se sirve de las representaciones alegóricas del mundo del más allá donde seres angélicos vigilan las acciones humanas velando por su bienestar; parece lógico establecer similitudes con las observaciones ovni: seres de naturaleza desconocida procedentes del espacio cósmico que manifiestan supremacía técnica, se les cree poseedores de superior sabiduría y bondad moral, dones que les permiten ser salvadores del planeta Tierra y sus habitantes. La más antigua mitología y la magia continúan entre nosotros.
La conclusión de Jung es que no cree ni deja de creer en la existencia física de los ovnis; la información de la que se disponía en ese momento es insuficiente para establecer un juicio claro y neto sobre la existencia física de estas entidades, pero por cuestionable que sea esa realidad física los ovnis tienen una existencia psíquica indudable y de esta última hipótesis trata el desarrollo de este ensayo.