Carlos Aurensanz
Publicado el 21 mayo 2015 por Angela57
La puerta pintada. Reseña.
Año 1949. La aparición de un cadáver junto al río está a punto de trastornar la vida de los habitantes de Puente Real, una tranquila ciudad de provincias en la posguerra. Es solo el primero de una serie de extraños crímenes que van a cambiar para siempre la vida de don Manuel, el médico forense encargado de la investigación. Año 1936. Ha estallado la Guerra Civil. A su pesar, la vida de Salvador, un impresor simpatizante de las izquierdas, y la de su esposa Teresa, maestra en una escuela de la República, se ven arrastradas inexorablemente hacia la tragedia y la muerte. Los protagonistas de estos dos momentos tejen de forma magistral una historia que es en sí misma un thriller, pero también una novela costumbrista que retrata la cerrada sociedad de la posguerra, sin rehuir el drama descarnado de la Guerra Civil y la posterior represión. Cuenta, además, con elementos propios de una novela gótica, como el escenario principal donde se desarrolla la trama, la catedral de Puente Real, la vivienda del campanero ubicada en su tejado y, sobre todo, su magnífica Puerta del Juicio, en la que se revelan, dramáticamente esculpidos en piedra, los castigos que esperan a los pecadores. En medio de todo ello, una improbable historia de amor acaba por abrirse paso para conducirnos al desenlace final.
La puerta pintada es una magnifica novela que combina perfectamentwe varios géneros: thriller, histórica y novela negra. Ambientada en una ciudad de Navarra (Tudela), aquí con nombre ficticio es Puente Real. La trama se sitúa en dos partes: la primera en la posguerra, donde una serie de asesinatos un tanto macabros tienen en vilo a la guardia civil y al médico forense. La segunda parte es en la época del principio de la guerra civil, en 1936, donde nos relata la gran incertidumbre que se vivía esos primeros días. En esta parte algunos de los personajes de la posguerra se van perfilando para conocerlos mejor.
Un elemento muy importante es la Puerta Pintada de la catedral de Tudela, donde se describe el Juicio Final a través de 122 dovelas labradas en ocho arquivoltas.
Muy recomendable.