Revista Poesía

Carlos javier morales

Por Acalvogalan

CARLOS JAVIER MORALES

Mencionado por: Alberto Chessa
Menciona a: Adolfo Cueto, José Mateos, Carlos Marzal, Rafael-JoséDíaz, Josep Maria Rodríguez, Juan Manuel Romero, Raúl Alonso, Alberto Chessa, Juan MeseguerBio-Bibliografía

Nació en Santa Cruz de Tenerife en 1967. Se dio a conocer con El pan más necesario, que obtuvo el Premio Villa de Martorell en 1994, publicado por Seuba Ediciones. En esa editorial aparecieron sus dos libros siguientes: Madrid como delirio(1996) y La cuenta atrás (2000). En 2005 publica Años de prórroga, al que siguen Nueva estación (2007) y Este amor y este fuego (2011), los tres en Ed. Biblioteca Nueva.Ha desarrollado una extensa labor como investigador y crítico literario, de la que han surgido varios libros y numerosos artículos. Dirigió el portal  www.poesiadigital.esde 2009 a 2011. Para mayor información, www.carlosjaviermorales.comEs doctor en Filología Hispánica y profesor de Lengua y Literatura Españolas en el instituto de secundaria “Andrés Bello”, de su ciudad natal.


PoéticaLa poesía es un respiradero desde la tierra —desde mi tierra— hasta el cielo más alto.


Poemas      CERTEZA
   Un hombre enamorado puede hablar de la vida,   convencer a las gentes y unirlas a su causa.   Un hombre enamorado es un peligro:   puede deshacer muros, cerrojos,   y abrir los ataúdes.   En su carne más honda podrá ser despreciable   porque toda su suerte está en el otro cuerpo;   podrá no saber nada, pero hablará de cosas evidentes,   porque estará tocando la pulpa de este mundo:   sus zonas más fecundas y sus miembros dolidos,   y con sus labios besa apasionado   todas las incidencias de la piel adorada,   que es su puerto seguro.   Un hombre enamorado nunca es tonto   y cuando se equivoque lo notará enseguida:   sus frases no dependen del orgullo, sino de la obediencia   al ritmo que le marca el pecho del que come,   y cuando haya devorado más allá de lo justo,   su mordisco le hará rectificarse   y devolver la fruta al árbol de la vida.   Un hombre así no puede hacernos daño:   estará obsesionado con las líneas de la boca que ama   y siente que su tronco está en otra cintura   y sabe que está andando con las piernas ajenas   y palpa la conciencia de estar inacabado,   de que es un miserable cuando piensa en sí mismo.   Por eso no podrá ofendernos nunca:   porque a cualquier persona le pedirá refugio   como si todos fueran el brazo que le falta.   Nosotros somos libres de abrirle nuestras puertas:   si no le abrimos nada, se marchará contento   a abrigarse en el fuego de la carne que acaricia sin pausa   porque es suya.   Un hombre enamorado es la certeza   de que la vida guarda algún secreto   que habremos de agarrar tarde o temprano.
   (De Madrid como delirio)
   EL PASEANTE
   Apoyaba su oído en la negrura   de todas las fachadas más viejas de mi pueblo.   Caminaba despacio y se miraba   en los charcos de lodo del Parque del Retiro.   Y siempre que podía hacía una pausa   en los puestos de fruta al aire libre.   En los días de lluvia sonreía    y contaba las gotas de todos los cristales.   No quería mirar al sol de frente    en las tardes de agosto: le bastaba   con el ardor sediento del asfalto.   Le daba miedo el mar: como los niños,   quería tocarlo todo y se inquietaba   al ver el horizonte siempre lejos.   Le faltaba la luz y el aire y el sonido.   Buscaba a Dios por todas las esquinas.
   (De Este amor y este fuego)
  
   LLEGAR
Hemos llegado a hoy: ya el mar no es sólola porción de este mundoque habrá de conducirnos a otras tierras.
Mira el mar cómo brilla, cómo pidenuestra mirada entera. Tú no puedeshacer hoy las maletas de otro viaje.Tú no puedes pensar qué comeremosde aquí a un mes, de aquí a un año,de aquí a siempre.
Cuando ya hemos ganadoel pan que nos mantiene, el pan que sabea nuestro fuego, a nuestro mantel limpio;cuando hemos levantado nuestra casa  sobre la roca de un amor tan firme,cuando ya está caliente nuestro lecho,¿a qué viene esta prisa por marcharnos?,¿qué mar hay que surcar, qué nuevo díapara no estar jamás en nuestro sitio?
Hemos llegado a hoy: el mar ya es sóloel paisaje total de nuestra vida.
Hemos llegado a hoy.
Hemos llegado más allá del tiempo.
   (Inédito)

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