Lo explica Alejandra Suárez (MDO). Por tan solo 3,50 euros, Carlos Moreno ha convertido su establecimiento en el menú más barato de España, atrayendo a clientes de toda la Comunidad de Madrid. Su objetivo es servir de ayuda a la gente mayor y, en especial, a aquellos que no están en condiciones de cocinar o no tienen suficientes recursos económicos. “Esto es un extra, pero es muy importante”, garantiza. Y tal es el éxito que está teniendo que, en los próximos días, pasará a ofertar de tres a diez o quince opciones para el primero y el segundo. De hecho, es probable que permita que el menú se consuma también en el establecimiento, donde un plato combinado, bebida, postre y pan tiene un coste de siete euros.
Moreno justifica estos precios tan bajos, porque no hay servicio a mesa y los clientes tienen que recoger su pedido en la barra. Pero hace especial hincapié en que la comida es “de primera calidad”, aunque congelada: el menú suele incluir platos “de cuchara” y verduras, que se ofrecen en tuppers desechables para abaratar los costes. “No se puede dar a este precio cosas frescas”, aclara. Dado que adquiere grandes cantidades de alimentos, cuenta con la ayuda de sus proveedores para guardar los palets de la mercancía en sus almacenes y frigoríficos. “Nos llaman y nos dicen: ‘Oye, que tenemos mil kilos de x de oferta’, y ellos me lo guardan”, relata.
Moreno afirma estar comprando mercancía al precio al que la adquiría hace unos 10 años, al ir directamente al proveedor. De hecho, se le “ha descuadrado” la tabla de costes que podía contemplarse en una cartulina que había pegado en una de las paredes del bar, puesto que estos han ido a la baja. Por ejemplo, el precio del postre, que suele ser fruta, lo había fijado en 17 céntimos y, el del envase, en 30. Pero, hace unos días, compró un kilo de plátanos a 35 céntimos y los envases a 17. “Ya estoy ganando más”, puntualiza. Reconoce que muchos son los compañeros de profesión que le han criticado por ofrecer un menú tan barato y le han acusado de no pagar impuestos. A lo que responde: “Yo pago igual que todo el mundo, pero busco la forma de vender más”. Es por ello por lo que, en un contexto de alza continuada de precios, pretende demostrar que estos pueden bajarse, y les pide a los hosteleros que “cambien su mentalidad” para poder abaratar costes. “Hay que vender, si tienes clientes, tendrás beneficios”, declara.
Con apenas 23 años, Moreno ya había montado su primer bar: estuvo abierto durante seis años. Después se dedicó al comercio. ‘El Bocata’ nació hace algo más de 6 años, aunque el nuevo bar, que lleva el mismo nombre y también está en Parla, funciona desde hace solo 5 meses. Su único requisito para formar parte de sus negocios es “tener ganas de trabajar”. En la actualidad, su plantilla está compuesta por tres cocineras y tres camareros. Suele contratar amas de casa y estudiantes, que trabajan unas cuatro horas diarias para que “no se cansen”: con tres turnos, cubre 12 horas –desde hace unos meses, el local cierra por las tardes–.
A su vez, para que la subida del precio de la luz no ponga en jaque sus buenos resultados, en un futuro próximo, colocará placas solares para poder instalar grandes hornos y que su factura “no se dispare”. Además, ha contratado a una empresa que, los viernes y sábados, hace reparto a domicilio. “Encima estás ayudando a generar empleo”, apunta. Pero esto no es todo: quiere abrir tiendas de alimentación en distintos puntos de la península. Su principal propósito es que su negocio siga expandiéndose.