Carlos; o cómo conseguir tus ideales a tiro limpio.
Publicado el 27 julio 2011 por Watanabe
Como el que mata a un insecto molesto, Carlos es capaz de hacer lo mismo con tu vida si se diera el caso y fuera preciso. La serie es igual. Sin miramientos ni espacio para las tonterías efectistas que se puedan dar en este tipo de ficciones. Directa como un disparo en la cara. Devastadora e imprevisible como un coche bomba aparcado en la calle esperando su momento. Sin artificios ni nimiedades ni esperas ni adornos. Sin enaltecimientos de ningún tipo, ni largos paréntesis para contar chorradas que no llevan a ningún sitio. Ya sea por la causa, por las cuentas pendientes, o por la madre que lo parió, si te descuidas, y estás en su lista de enemigos potenciales, Carlos acabará contigo en menos de lo que tardes en decir “ten piedad”...
"Sin ser nada efectista
engancha que da gusto"
Carlos ha sido una de las miniseries más aclamadas de los últimos tiempos (ganadora del Globo de Oro a la mejor miniserie en la última edición), y yo estoy completamente de acuerdo con ello. Y lo ha sido por varias razones. Primero porque su actor principal (
Édgar Ramírez), además de su parecido con Javier Barden (tanto en su físico como en su manera de actuar), y de hablar cinco idiomas como requiere el personaje (imprescindible la versión original), es por encima de todo un portento de la interpretación (¿ha nacido una estrella?), y por consiguiente se come la pantalla, y lo que haga falta, en cada secuencia en que aparece (o sea todas). Segundo, por un ritmo trepidante que no deja respiro alguno al espectador, y que tampoco deja títere con cabeza, es crítica sin ser discursiva, y lo que es mejor, sin dejarse en el camino nada importante que contar (que os aseguro que es mucho y muy complejo). Y tercero por dar un rápido pero exhaustivo repaso a las tres últimas décadas de la política internacional en general, y el terrorismo (ya sea de estado o no) en particular. El resto de virtudes de la serie hay que ir descubriéndolas poco a poco entre largos secuestros, reuniones clandestinas, reivindicaciones de todo tipo y amenazas a personas y estados, convirtiéndose de este modo en una cita ineludible de casi cinco horas, que no defraudará a nadie porque en ningún momento se traiciona al personaje/persona que se está tratando. Si fuera así hasta el propio director de la cinta (el conocido director de cine Olivier Assayas) podría estar en peligro de muerte.
"Assayas dota a la historía
de una extaña épica árida"
¿Pero quién narices es Carlos? Diréis. Pues Carlos es Ilich Ramírez Sánchez, el terrorista internacional más importante y famoso de las últimas décadas. Con sus ideales envenenados acuestas se convirtió de la noche a la mañana en una inteligente arma de destrucción masiva que acabó siendo víctima de su propio y desproporcionado éxito. La serie pretende contarnos, desde un punto de vista nada glamuroso (casi como si la cámara pasase por ahí de puntillas), el ascenso y caída de uno de los tipos más peligrosos, obsesivos, fascinantes, y aterradores que han pasado por la cara más oscura de nuestra reciente historia de muerte y destrucción. Carlos es como es, y así nos lo muestra la serie en todo momento. Sin mascaras que lo desdibujen, acercándose a él lo más posible sin desenfocarlo, y a corazón abierto. Un corazón negro, frio, y lleno de resentimiento pero que, en cualquier caso, nunca interfiere en una mente inteligente, lúcida, viva, y letal. Cree en lo que hace hasta las últimas consecuencias, y además es el mejor llevando a cabo sus objetivos; a tiro limpio, eso sí, pero siempre justificando sus actos con unos ideales cargados de razones pero también manchados con la sangre de muchos de los inocentes que ha ido matando por el camino.
Aunque la primera parte de la miniserie sea más intensa y adictiva que la parte final, en cualquier caso merece la pena adentrarse hasta las entrañas del relato y ver como acaba. Además, no se llevará demasiado tiempo de nuestras vidas, y nos entretendrá de lo lindo, descubriéndonos de paso tres o cuatro verdades de esas que duelen pero abren los ojos. Carlos es así, como he dicho puede que sea un poquito inestable en su segunda mitad pero definitivamente explosiva en su conjunto. Disfruten pero tengan cuidado. Crea adicción.