BOTAS DE CUERO: EN EL TAJO
Tonos múltiples de cronómetros hurtantes
Sonidos sordos de las máquinas que giran
Que empujan que mueven que empujan
Golpes sonoros de martillos y hoces
Voces cruzadas sumadas ignoradas
Tajos que se abren y que se cierran
y que se cierran y que se cierran
Andamios deslavazados supuestamente seguros
Esclavos nuevos del borde del imperio
Que perdieron guerras que no sabían que luchaban
Seres repetidos enfrente unos de otros, unos juntos a otros
A los pies de la luz, del juego, de la altura
Seres luminosos más bien en la caída
Calzan en sus cueros botas con metal en la punta.
[DECÍA QUE A ELLA NADIE IBA]
Decía que a ella nadie iba voluntario a propósitoque los llevaba de la mano el vodka -o cualquier alcohol de raíz grano o fruto-o el miedo atroz a la mañana -mucho más cruel que el de a la oscuridad-
Sabía que ella también sólo aceptaba muchas veces compañíaque le calentara el cuerpo -o cualquier lugar entre nariz y pies-que le ahuyentara el cerval miedo a cruzar sola algunas madrugadas.
Quienes saben de esas cosasdicen que el lugar poblado más frío en la tierra esOymyakon, en la rusa Yakutia.Yo que sólo sé lo que toco huelo oigo veo saboreo inventosólo digoellaque tenía hielo por manosque tenía siempre la nariz fríaque tenía los pies heladosy se llamaba Siberia.
Carmen del Río Bravo (inéditos)