Carmen del Río: escritora española, musulmana y feminista
Por: Alberto Berenguer Twitter: @tukoberenguer
La escritora Carmen del Río
Hace unos meses publicó La soberanía de la mujer en el Corán con la Editorial Almuzara. ¿Qué le animó a escribir este libro?
Siendo musulmana desde más o menos mis veinte años y siendo feminista aún antes de eso, me he topado con lo que creo que nos hemos topado todas las mujeres con inquietudes a lo largo de los siglos sea con una religión o con otra, sea con religión o sin religión: somos muy importantes, hasta que Dios nos libre de los ”peros”, que pueden ir del que “nos embarazamos” y, por tanto, no podemos cumplir, a valoraciones menos camufladas y más clásicas de que el cerebro de la mujer y el del varón son diferentes y, muy convenientemente, el de la mujer la predestina a vivir para “los demás”. El panorama antifemenino es muy variado y con apariencias muy diversas que pueden parecer hasta feministas.
El mundo musulmán, por supuesto, tampoco escapa a ello. Pasada la etapa en que encuentras maravilloso el que resulta que, según el honrado Alcorán, Eva no fue la tentadora y, por tanto, no más merecedora de castigo que Adán y otras cosas buenas de la religión musulmana por lo que hace a la mujer, viene el tío Paco con la rebaja y empiezan a surgir los famosos y odiados “peros”. A lo largo de toda una vida una trata de luchar contra ellos y, con ese fin, consume toda la literatura que encuentra susceptible de deshacerle los “peros” y que nunca termina de ser suficiente. Esa insuficiencia y el descubrimiento y convencimiento de que existe bien una “confabulación” cósmica, bien una determinación inquebrantable por parte de ciertos estamentos de defender los privilegios masculinos contra viento y marea y, para ello, de ocultar el honrado Alcorán debajo de interpretaciones gratuitas y arbitrarias que lo traicionan a la grande, lo cierto es que pareciera que existe un honrado Alcorán superpuesto al real en el que se nos dice todo lo que quiere decir el honrado Alcorán y se nos oculta lo que real y literalmente dice. Para difundir eso que realmente dice y eso que realmente no dice y se dice que dice, sobre todo en lo que concierne a los sexos y siempre en perjuicio y prejuicio de la mujer, escribí el libro.
¿Qué quiere conseguir con ello?¿Qué espera conseguir a nivel social con el libro?
Lo que quisiera conseguir sería el reconocimiento real de la total soberanía de la mujer en todos los aspectos de la vida a través del convencimiento de que eso no es ningún regalo que se le haga sino de que esa es la realidad y la justicia misma y lo mejor para la humanidad porque todos nacemos de mujer. Si la mujer no es digna y soberana, sino aperreada y supeditada a las conveniencias ajenas, todo lo que nazca de ella no va a ser mejor que eso ni puede hacer que el nacido se sienta como alguien sumamente digno, porque si a la mujer no se le reconoce la tarea y el honor de ser la dadora de vida de la especie y por el contrario, se la castiga por ello cerrándole puertas y poniéndole pegas en el mejor de los casos, o sencillamente persiguiéndola y exigiéndole imposibles en el peor, entonces no solo estaremos viviendo en la más abyecta injusticia, sino también cortándole las alas a la humanidad, obligándola a vivir en una sociedad rácana, miserable, pejiguera y fea.
Sé que eso es difícil de conseguir y que con un libro puede hacer un poco más posible pero no más fácil. Motivo por el que, haciendo un inciso, debo agradecer de corazón esta entrevista y todo lo que se haga por la difusión del contenido de La soberanía de la mujer en el Corán.
Entonces, lo que quisiera es eso, convencer de que la revolución pendiente es la de la valoración de la especie humana de manera completa, sin medio tapar a la mujer escondiéndola detrás del varón al que se sigue considerando el prototipo de la especie y si ella es igual al varón, es evidente que se están suprimiendo de la especie el 99,99 de los aspectos reproductivos, es decir, TODO lo que es específico de la mujer. No es extraño, pues, que eso haya degenerado en que el hecho de embarazarse se considere casi como un caprichito de ella y que si lo quiere que apechugue con las consecuencias. Si es vil y lo que debiera ser es que se considerase a la mujer como el prototipo de la especie y no como una copia con pegas. No hay experiencia humana, salvo la de eyacular, que tengan los varones y no puedan tener las mujeres. Sin embargo la inversa no es cierta. ¿Cómo entonces se ha llegado a considerar a la mujer como algo secundario y accesorio de “los otros”?
¿Cómo ha sido su experiencia con la Editorial Almuzara? ¿Se la recomendaría a otros/as escritores/as?
Pues, mire, no tengo mucha experiencia con editoriales pero no tengo ninguna queja y he quedado muy satisfecha con el aspecto material del libro y el trato con el personal de Almuzara.
Entorno a la cultura árabe, el islam y su libro sagrado hay presentes muchos estereotipos y prejuicios difíciles de tumbar en nuestra sociedad. ¿Por qué cree que se ha implantado en nuestro país la islamofobia?
Pues mire, hay un dicho, creo que surgido en el Imperio Británico que dice algo así: si no tienes el enemigo que te conviene, créatelo. Las ganas de dominio del mundo no se murieron con la “independencia” de la última colonia, simplemente y, como ha sucedido siempre, aprendieron a camuflarse tan eficazmente esas ganas como se camuflaron cuando abanderaron el progreso y la civilización en aquella época gloriosa del liberalismo económico que dicto las mentalidades del siglo XIX. En el XX, ya las colonias habían dejado de ser la forma más eficaz de dominio, como la esclavitud había dejado de ser la forma más eficaz de explotación, y entonces había que crear una nueva “cruzada” de la que pudieran abanderarse los poderosos y amantes del poder del planeta y a ello aplicaron todos sus “think tanks” -centros de estudio o laboratorios de ideas, creo que los llaman en castellano- para seguir siendo los dueños del mundo y los que dicten quien vive, quien mure, quién es bueno y quién es malo. Y ahí se concibió el nuevo enemigo que necesitaba el Imperio, o uno de ellos. Se inventó el terrorismo y se fue, gradual pero rapidísimamente, perfilando como islam. Hasta que hoy día el terrorismo, si no es islámico, no es terrorismo y los musulmanes, sino son terroristas, ya no son tan musulmanes. A esto se ha llegado aplicando sistemáticamente las líneas de actuación dictadas por los expertos y cumplidas por todos los escalones de los medios de comunicación y las administraciones para responder a lo que se pinta como la gravedad o la necesidad del momento,para responder a los retos de hoy y todos esos blablablás que, indefectiblemente, convergen en facilitar la destrucción de todo lo que sea un obstáculo al poder omnímodo de los poderosos. Es decir, la islamofobia y su implantación aplastante es el resultado de todas las operaciones llevadas a cabo para lograr precisamente eso y justificar moralmente ante las poblaciones todos los desmanes y sinrazones y de esa forma hacerlas aceptar este estado de cosas como lo más procedente y lógico e incluso como inevitable.
Y fuera de España surgen más a menudo noticias islamofóbicas como la expulsión a una mujer con burkini de una piscina en Marsella, Francia, reclamándole los gastos de la desinfección del agua, publicada hace unos días en diversos medios. ¿Cree que es complicado tumbar la islamofobia existente en gran parte de nuestro país y en Europa? ¿Cuál sería, en su opinión, el primer paso que deberíamos dar en conjunto?
Tumbar equivale sencillamente a la guerra. Si la islamofobia es la expresión de la guerra declarada desde, creo que siempre, por los sedientos de poder sobre todas las cosas, el rechazarla es, pues, la respuesta del disconforme a ese ataque. Es la guerra. Si es preciso llegar a las manos o si se puede seguir adelante evitándolo pues Dios dirá. Para tantos países destrozados hasta los cimientos está claro que no se pudo parar ni tumbar. Para los que no hemos llegado a ese extremo, pues que Dios nos ampare. Naturalmente, lo honrado y moral es la resistencia, sobre todo moral. Y siempre eso es lo primero que se trata de deshacer en una población, la resistencia a la iniquidad. Los romanos echaban pan y circo y mantenían a las masas domadas y divertidas. Hoy, con una televisión, una publicidad y unos medios de comunicación que son una versión menos sangrienta que el pan y circo pero también mucho más ubicua, pues tenemos todas las papeletas para convertirnos en masas sin principios borrachas de demagogia. Y son los principios lo que debe ser el fundamento de cualquier conducta humana y de cualquier sociedad humana. Principios que son universales y reconocidos por todo el mundo y eso aun cuando no se cumpla lo que dictan esos principios. Yo insistiría siempre en eso, en los principios, los de honradez, deveracidad sobre todo para con uno mismo, de justicia, de solidaridad y de compadecimiento.
¿Es el Corán un libro machista o el machismo surge en la conducta del hombre?
Está claro que todas las conductas y todas las pasiones son posibles en el ser humano. Un libro, el que sea es un ser inanimado, puede decir lo que quiera, pero siempre para que suceda algo tiene que haber personas que, crean o no crean lo que diga el libro, lo tergiversen o no, serán las que hagan algo. Y lo mismo cabe decir de la televisión o de cualquier otra cosa. Siempre son las personas las que obran y las que muchas veces abdican de su propio criterio para dejarse llevar por otros. Evidentemente cuando a un libro se le adjudica la denominación de “palabra de Dios”, para mucha gente eso tendrá mucho valor. La cuestión es que luego lo que diga corrobore esa idea de que es palabra de Dios o la deshaga. Por otra parte es muy común que la gente hable y opine sobre libros que nunca ha leído. El honrado Alcorán no es ninguna excepción, más bien un ejemplo eximio.
Por mi parte, ateniéndome a mi lectura real del honrado Alcorán, no, no solo no es un libro machista sino que es categórica y sistemáticamente antimachista, tirando abajo todos los delirios de autocomplacencia varocéntricos. Por eso, lógicamente, con el tiempo se fueron creando “lecturas” -hoy día se dicen “lecturas”, yo lo llamo “apaños”-, artimañas, extrañas gramáticas, para pretender hacer ver que el honrado Alcorán no solo no dice eso que dice, sino que de hecho dice otra cosa muy distinta y ¡eureka! deliciosamente machista.
En su libro desarrolla un minucioso análisis de las aleyas y fragmentos más polémicos del Corán en relación a la mujer y su papel en la sociedad. ¿Podría ponernos algún ejemplo?
Pues el ejemplo más cavado y rematado de ello es la aleya 4.34 que, en sí misma fija precisamente ese carácter de la mujer como sexo básico y del varón en función de ella, y de la que se han hecho infinitas “lecturas”, unas menos deleznables que otras pero que casi en su totalidad resultan en instaurar lo que no se dice ni ahí ni en ninguna otra parte del honrado Alcorán y es la autoridad marital para muchos, para otros, cierta centralidad masculina que no es que en realidad represente mucho pero que a cierto tipo de varón si se trata de arrancársela, más fácil sería arrancarle la piel a tiras. Creo que hay mucha inseguridad varonil que se refugia en esos privilegios pírricos, porque por más que se dice que esa aleya autoriza al marido a pegar a la mujer, lo cierto es que ningún musulmán de buena fe cree que sea admisible pegar ni maltratar a la mujer. Pero es eso, un privilegio pírrico que les hace no sentirse la quinta rueda del carro. Los que dicen que no, que sí, que de verdad se puede pegar a la mujer son en general considerados mala gente por la generalidad de los musulmanes, por muy varocéntricos que sean. El tema de esta aleya es prolijísimo y en una entrevista no es abarcable. Ahí sí que aconsejo verdaderamente leerse el libro, al menos el apéndice en que se analiza en detalle.
Algunos dicen que lleva a interpretaciones y otras que está expresado de forma literal. Recuerdo una discusión entre una musulmana egipcia y una musulmana marroquí por la cuestión del hiyab. ¿Qué opina sobre la lectura literalista del Corán?
Ser literalista en poesía no es aconsejable, ser literalista en derecho sí es aconsejable, es tan aconsejable que no se debe ser otra cosa. En el caso del honrado Alcorán, afortunadamente, no se encuentra en ese dilema nadie a menos que quiera ser deliberadamente obtuso. Cuando el honrado Alcorán instruye sobre algo concreto, por supuesto, es literal, la 4.34 es literal, cuando el honrado Alcorán habla con ejemplos o imágenes lo suele decir, o suele ser tan manifiesto que huelga la aclaración. La primera vez que en el honrado Alcorán se habla del paraíso y del infierno, se dice que son “mázal”, ejemplos, alegorías, imágenes. Son fenómenos que concretamente nos son ajenos ahora, pero se nos puede dar una idea de ellos con esas imágenes.
No hay que confundir las imágenes, los “mázal” con los giros idiomáticos que los hay en todos los idiomas y que además suelen coincidir muchos de ellos también en todos los idiomas. Una de las cosas que se atribuyen al honrado Alcorán es lo de cortar la o las manos del ladrón. Eso ha hecho correr muchísima tinta. Hay análisis gramaticales que demuestran que no puede ser otra cosa que el giro idiomático que clarísimamente es. En el honrado Alcorán las manos figuran en infinidad de giros idiomáticos. Y en todos los idiomas conocidos es así y los significados se aproximan mucho en los distintos idiomas. En el árabe jurídico y contractual las manos figuran a troche y moche. Cuando, por ejemplo, en castellanohablante dice a otro “no sufras, déjalo en manos de Dios”. ¿Qué opinaríamos si atribuyésemos a quien dice eso que está convencido de que Dios tiene manos, o sea como las dos nuestras de cada uno y que en esas manos le vamos a poner algo? Me he extendido un poco pero quería dejar claro qué entiendo por literalidad y que aplicarla a giros idiomáticos de uso común es otra manera de traicionarla.
La población árabe, en su gran mayoría musulmana, está muy presente en la comarca de la Vega Baja conviviendo con otras culturas y religiones. Además de los prejuicios de la población española, he vivido casos de machismo de musulmanes hacia musulmanas. ¿Qué diría a estas musulmanas que viven oprimidas ante el machismo y el racismo?
Pues que no lo acepten. Que luchen contra esos fenómenos como mejor sepan. Preferiblemente con la inteligencia, sobre todo, y la colaboración con otras personas que estén en su mismo caso o que quieran y puedan ayudarlas. No tienen por qué aceptar semejante ofensa a su dignidad de mujeres y de personas. Ni es digna de respeto la persona que no las trate con otro tanto. Dios no permite que se desprecie a la mujer ni se la trate como una cosa.
¿Qué diría a aquellos y aquellas que ven imposible casar el islam y el feminismo? ¿Conoce la plataforma independiente Red Musulmanas?
Si, de hecho, formo parte de esa plataforma. En cuanto a casar islam y feminismo, lo que a mí entender es difícil no es casarlos sino descasarlos. Me parece quimérico pretender ser musulmán y no ser feminista. En un mundo como el actual y el de los últimos milenios resulta patente el abuso que se ha hecho y se hace del sexo femenino. Si el honrado Alcorán manda no conformarse con la injusticia y nos conmina a luchar contra ella por los medios a nuestro alcance, la injusticia contra todo un sexo, precisamente el sexo que transmite la vida, debiera ser la lucha prioritaria y la injusticia de carácter más grave.
¿Sería posible una actualización de las enseñanzas coránicas como se está llevando a cabo en el cristianismo?
Perdón por mi ignorancia pero no sé a qué actualización en el cristianismo se alude, aunque puedo imaginarme muchas cosas. Creo desde luego muchas enseñanzas coránicas enseñanzas coránica se han tapado, ocultado, escondido, camuflado… En suma, que se nosha defraudado a los musulmanes de buena parte de las enseñanzas coránicas, sobre todo en ciertos aspectos y sobre todo en lo que concierne a la condición de cada sexo, en perjuicio de la mujer, desde luego. Actualizarlo consistiría meramente en no taparlo, no falsearlo, no manipularlo, no interpretarlo interesadamente para barrer a favor de alguien en particular.
Portada del libro
Sabemos que ha presentado La soberanía de la mujer en el Corán en distintas ciudades de España como es Córdoba. ¿Cómo fue la experiencia?
Pues muy grata. Yo no sé lo que se dirá del libro sin estar yo presente, si es que se dice algo, pero los intercambios en las presentaciones fueron muy vivos e interesantes.
¿Se han puesto en contacto con usted musulmanas en referencia al libro? ¿Cómo ha sido la respuesta del público?
Por lo que a mí me llega, parece bastante buena. Alguna voz en las redes sociales de esos que te acusan de feminismo y esas cosas, el tipo de personas de quien cabría esperar eso. No obstante, me llegan también palabras de agradecimiento de personas que sienten que se les quita un gran peso de encima y de que se le despejan dilemas que siempre las habían inquietado. En suma, creo que al menos en alguna proporción se consigue lo que era la finalidad del libro.
Hablemos ahora de futuro. ¿Está trabajando en otro libro?
Pues sí, sin prisas, pero sí. Sería una continuación de La soberanía ahondando en los mismos temas desde otros ángulos y abordando también temas que no se abordaron en La soberanía. En esta he tratado de Maryam y su significado como mensajera y será uno de los temas en los que, Dios mediante, ahondaré en el próximo. La cuestión de los testigos, la de la herencia serán otros. Confío en que sea igualmente útil.
Ahora nos gustaría conocerle como lectora. ¿Qué debe tener un libro para que comience a leerlo?
Pues debe tratar de un tema que me interese y debe hacerlo con conocimiento.
¿Está leyendo un libro en estos momentos? ¿Cuál?
Pues de hecho estoy con unos cuantos libros. Uno de mis proyectos era escribir una novela histórica sobre la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay de 1864 y estoy con una pila de libros que tratan de eso. Libros sobre todo de la época y de testigos de primera mano.
¿Algún escritor o escritora de cabecera?
Últimamente decidí leer las novelas de Christian Jacq sobre el antiguo Egipto y debo decir que los he disfrutado enormemente. Es un mundo interesantísimo y sorprendente el que presenta y, para alguien como yo y como muchísimos musulmanes que creemos que solo hay una religión que es universal y que llegó a todos los pueblos, la parte religiosa de una religión que se considera politeísta me parece interesantísima. Esa y otras muchas cosas. Yo no creo que haya religiones politeístas, sino más bien personas politeístas o paganas, independientemente de la religión que digan profesar que no tengan.
Por último, nos gustaría que recomendase un libro a los lectores y lectoras de este blog, y otro que desecharía totalmente su lectura. ¿Por qué?
Pues ya puestos, recomendaría libros de autoras o autores feministas islámicos precisamente por la necesidad que hay de acabar con prejuicios de distinto tipo que no solo se reflejan en la idea que nos hacemos del islam y de los musulmanes, sino del hombre, varón o mujer, en general. Como autor me gusta Manuel Pimentel, precisamente el fundador de Almuzara, que escribió en un campo que a mí me gusta mucho como lectura de pasatiempo, que es la intriga científica. Me encantaría que volviera a escribir ese tipo de novela.
Como poetas, sé que voy a descender un montón de peldaños en la apreciación de algunos cuando diga que mi favorito es Espronceda. No sé por qué hay quienes le tienen por facilón o desmesurado, probablemente por la Canción del Pirata, pero toda su obra me parece hermosa y fuerte. También me gusta Miguel Hernández y en Paraguay descubrí a un poeta de allí que me parece hermosísimo, Manuel Ortiz Guerrero.
Si le gustará destacar alguna cosa importante que haya quedado en el tintero para cerrar la entrevista.
Pues quizás diría, y supongo que todo el mundo de todas las épocas habrá dicho lo mismo en su momento, que creo que vivimos en un momento de transición o crisis. La religión, las ideologías están en quiebra. Se prescinde de ellas y creo que eso, lejos de ser una tragedia, puede ser el principio de una regeneración. Creo que es un momento muy interesante política e ideológicamente a nivel mundial. Ya nadie se siente obligado a creer en nada. Es como si nos hubiéramos bestializado. Pero quizás, mirado de otra forma, sea como una limpieza y se barran con ello también de las creencias y las ideas los automatismos, los prejuicios y la inercia. Yo escribo porque confío en el destino del ser humano, si se lo curra, en tanto que individuo y en tanto que especie y pienso, además, con toda la cizaña que se siembra entre la gente a cuenta de los prejuicios de todo tipo, que si la gente fuese tan mala como a veces se piensa, ya estaríamos todos matándonos unos a otros. Si eso no sucede, es porque, finalmente, no seremos muy buenos, pero tampoco somos tan malos como pudiéramos ser y por eso mismo, aunque yo no llegue a verlo, confío en que el mundo se regenerará y vendrá una nueva era de bendiciones.