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Bio-bibliografía
CARMEN ORTIGOSA MARTÍN (Tetuán Marruecos1955) reside en Madrid desde los siete años.
Ha publicado los poemarios Mitos azules 2004 en colaboración y Alas en Libertad en 2008, Editorial Grupo Cero.
Integrante del taller de poesía Grupo Cero en Alcalá de Henares. Desde hace diez años coordinado por Carlos Fernández del Ganso.
Ha participado en la antología Melodía de Colores del Centro de Estudios Poéticos. Ha publicado en la revista Color Albero. Ha colaborado en la revista Hoja de Vida
Participa en la página poesía www.poesiagrupocero.com y en el blog La comunidad Hoja de Vida. http://lacomunidad.elpais.com/hojadevida/posts
Podéis visitar mi página Web.
Poética
Las combinaciones de las palabras son infinitas, cuando sangra la herida y se quiere compartir o cuando el amor, el deseo o los anhelos palpitan de entre los dedos, entonces surgen las palabras sobre el papel. Cualquier sentimiento humano puede ser escrito. Toda producción es fruto del trabajo y la lectura y es posible entre otros.
Mis autores preferidos son: Federico García Lorca, Miguel Hernández, Carilda Oliver Labra, Vicente Alexander, Cesar Vallejo, Olga Orozco, Enrique Molina. Pedro salinas, Antonio machado, Miguel Oscar Menassa y un largo etc, de maestros a los que agradezco sus enseñanzas.
Y los versos que me dirigen son:
“La poesía es un arma cargada de futuro” Gabriel Celaya.y “Si es posible el poema es posible la vida” Miguel Oscar Menassa.
Poemas
IMAGINO
Imagino que al pasar de los años
alguien dirá que fui bella
que me miró al pasar allá en el año 2040
cuando ya no había guerras.
Poco después también dirán
que alguna marcade mí dejé
después los pueblos se cubrirán
de lava, arderán las cosechas.
Años más tarde alguien dedujo
que estuve allí, mis letras encontró
emborronadas en un papel,
a fe ciega juró que fui una enamorada.
Había lugar de pacto, golpeado por el viento
nunca me conformé con el rojo de la sangre
desde el raso suelo comienzo mi tiempo
remontar es lo estipulado, basta un instante.
Donde la vida pliega el nunca o el jamás
la conformidad vive y renuncia a cada instante
esto ocurre al mismo tiempo, cada año,
en cada lugar, cercano a mi boca.
Cuánto invierno amenaza con helar tu piel
al caer la tarde no se produce ni un destello
hubiera sido suficiente un halo de esperanza
algo cotidiano que el azar pusiera en tu mano.
Cerramos los ojos al amor, hay tanta belleza
es necesariodesmoronarse, ceder un instante,
lo justo para dejar pasar el llanto antes de ser olvido
hasta que alguien diga ¡basta!, empezar de nuevo.
De Mitos Azules 2004
ALAS DE HADAS EN LA NOCHE
No importa el tiempo ni la quietud de las horas
cuando te paras en mi cuerpo tanteando la distancia,
envolviendo mi costado con el silencio de las caricias,
sorprendiendo mi piel con el palpitar de tus manos vivas.
Soy el ala sangrante prendida de una espina.
Ansiosa viajera en una ola, que va del mar a una playa,
de tu lengua a tu saliva, allí donde amanece mujer de agua,
aquí donde permaneces, hombre de tierra firme.
Eres el fuego contenido en mis manos,
te derramas en gotas de rocío sobre mi espalda,
bordeando hasta mi vientre un camino de esperanza,
levantando de mi cuerpo el olor a tierra mojada.
Búscame, entre los labios, profecías de poetas;
entre los muslos, camelias con perfume de violetas;
sobre los pechos, manantiales que se expanden
en la corteza de la madre tierra.
Construye con tus manos un bosque de colores de otoño,
poblado de hadas de noche,
que nos cobije de las miradas mortales,
que nos envuelva en alas alegres.
Nos fundiremos tú y yo, la otra y él,
después, seremos el arco iris o la tormenta,
o, solamente, hombre y mujer,
o más, trabajo y libertad.
De Alas en libertad (2008)
LA CALLE DEL QUINTO EMPERADOR
Siento el temblor de fuentes y aceras
migrar de palabras que limpian las bocas,
¿Qué precio pagaré por alcanzar el nácar de tu frente?
La pulida razón de virar en punto exacto.
Es solamente que te quise en la memoria remota,
sobre aguas turbias de caudal meloso.
Hube de remar en naves de papel,
cuerpo a cuerpo sobre los humedales,
gastando mi sangre gota a gota,
reconquistando el lugar del mundo preciso
para separar cuerpo de sombra.
No quiero envolver estas manos en esparto
cuando las ofrezco como recompensa
de haber pervivido en tantas batallas.
No quiero ofrecer estos labios
que besaron tantas muertes
porque el humo se desvanece
con un bostezo del viento.
Habito en otra calle desalojada de duendes y emperadores
donde transcurren los días
midiendo el horizonte, a cuartas, con las palmas de las manos.
Ignoro mi altura para besar la risa de las nubes,
para cantar como la lluvia sobre las tejas,
para deslizar mi cuerpo en lágrimas de despedida,
porque sé que soy una cosecha que llegó de una semilla.
Inédito