Carmen Peña sigue enrocada en su posición inmovilista. El modelo de remuneración que defiende ya sólo está operativo en Grecia, Estonia, Portugal, Rumania, Lituania y España. Un serio desenfoque para este Siglo XXI. Falta de perspectiva y visión de futuro de la dirección, en que la profesión está evolucionando en todo el planeta, a pesar de contar con un generoso presupuesto de más de diez millones de euros anuales.