Revista Comunicación

Carmena predica con el ejemplo

Publicado el 03 abril 2017 por Felipe @azulmanchego

Carmena predica con el ejemplo

Foto: Ayuntamiento de Madrid

LAS IMÁGENES EN política suelen ser tan importantes como las acciones. Sobre todo, cuando van acompañadas de una firme determinación para conseguir el fin que se pretende y pregona. También es cierto que, con más frecuencia de la deseable, esos gestos quedan en meros fuegos de artificio. Fotos para galería, con un recorrido efímero, que sirven para adornar una noticia o alimentar las redes sociales, sin mayores consecuencias.Lo primero que pensé cuando este domingo vi a Manuela Carmena, ataviada con un chaleco verde y guantes de plástico retirando desperdicios en el barrio de la Alameda de Osuna junto a unos 200 vecinos, es que la pedagogía también importa mucho en política. No tenía la alcaldesa ninguna necesidad de dedicar unas horas de su día de descanso a tal fin, pero apoyar en primera persona a la Asociación Familiar Alonso de Ojeda (AFAO), que ha organizado cuatro jornadas al año bajo el lema “Ayúdanos a sentirnos orgullosos de nuestro barrio”, es un buen gesto en la buena dirección.Ya sé que lo ideal sería que fueran las propias contratas del Ayuntamiento las que hicieran su trabajo como corresponde, sin necesidad de este tipo de actuaciones esporádicas y limitadas, pero no es menos cierto que, como dice este colectivo vecinal, “las ciudades, nuestros barrios, son un patrimonio de todos y a todos nos corresponde preservarlo”.El fin último de esta iniciativa va más encaminado  a concienciar al vecindario de que “cuanto menos ensuciemos, más barata y sencilla será la limpieza” que a conseguir un resultado concreto. Hace unos meses, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) consultó a las asociaciones agrupadas sobre los principales factores de la mala situación de la limpieza en la ciudad y el resultado fue elocuente. Para el 92,3% se debía a unos “medios humanos y materiales insuficientes” y para un 85,9% a la “mala conducta de vecinos”.Las cuatro columnas que este domingo participaron en esa “acción ciudadana” recogieronmás de 5.000 colillas, unas 50 botellas y 30 bolsas repletas de papel. El resultado casi es lo de menos. Lo interesante ahora es que cunda el ejemplo y haya más distritos y barrios que se sumen a la iniciativa.Y, muy importante: que el Ayuntamiento incremente el número de inspectores y siga desarrollando los trabajos de la Mesa por la Limpieza (en la que participan asociaciones de vecinos, empresas, sindicatos y partidos políticos). Sin olvidarse, claro, de apretar un poco más las tuercas a las cuatro concesionarias (FCC, OHL, Sacyr y Urbaser) hasta conseguir que Madrid sea, de una vez por todas, una ciudad limpia.Ya que no parece fácil romper los contratos integrales heredados de Ana Botella (PP), que se modifiquen dentro de la legalidad los pliegos vigentes mientras se avanza, con iniciativas como la de Alameda de Osuna, en un pacto ciudadano que corrija la “falta de concienciación” de los vecinos.Esta ciudad será mejor y más amable el día que ningún alcalde de Madrid tenga que salir a la calle con una bolsa de basura para atajar la suciedad y recoger desperdicios.
El ejemplo de Carmena ha estado bien, pero la alcaldesa tiene que completar la faena desde su despacho, como ya está haciendo. En el bien entendido, claro, de que al ser una tarea de todos, a todos nos corresponde echar una mano. Lo dicho, cuanto menos ensuciemos, más barata y sencilla será la limpieza. Las ciudades más limpias son aquellas que no ensucian.

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