Revista Opinión

Carnaval

Publicado el 14 febrero 2018 por Carlosgu82

Son muchas las teorías que existen acerca del origen del Carnaval y su significado, pasando por quienes aseguran que dichos orígenes se remontan aproximadamente 5000 años en la mitología romana y griega enfocada particularmente a el Dios del vino Baco y a Saturno dios de las cosechas, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto, las hay también de la civilización sumeria.

Existe también la hipótesis, que el dios Baal, antigua divinidad de babilónicos, fenicios, filisteos, israelitas, entre otros y generalmente asociado a Moloch Baal, dios adorado por fenicios, cartagineses y sirios es el origen real del Carnaval.

Baal, en la biblia específicamente en el Antiguo Testamento es considerado uno de tantos falsos dioses y posteriormente referido en el Nuevo Testamento como Ball-Zebub (en hebreo Señor de las moscas), como una alteración de la etimología Ball – Zebul (en griego Principe de los demonios) en Mateo 12:24. Dicho dios pagano es referido alrededor de 90 veces en el Antiguo Testamento y también se le menciona en plural (Baales) para referirse a diversos ídolos e imágenes no necesariamente de Baal. En el libro Primera de Reyes, capítulos 17 y 18 se narra la sequía que atraviesa uno de los pueblos de Israel y el duelo entre el profeta Elías y los sacerdotes de Jezabel, adoradores del falso dios Baal. Dicho duelo consistió en que tanto Elías como los Sacerdotes de Baal ofrecieron en sacrificio a un toro cada bando en pedazos y sobre leña para que el auténtico dios hiciera arder dicho sacrificio. Duelo que según las escrituras habría sido vencedor Elías luego de que los sacerdotes de Baal jamás obtuvieron respuesta a sus rituales de bailes, exclamaciones a grandes voces e incluso vertiendo su propia sangre, mientras que Dios hizo descender el fuego del cielo hacia la ofrenda de Elías.

Algunos creen que este pasaje bíblico fundamenta el Carnaval como el significado de: Carne a Baal mediante bailes, bullicio y pactos de sangre a la que también según diversos significados espirituales, se refiere a toda obra que tenga que ver con la carne como las orgías, el adulterio, idolatría, hechicería etc.,

La iglesia y distintos etnólogos e investigadores le han dado infinidad de etimologías a lo largo de los años, como por ejemplo del latín vulgar; carnem-levare, que significa ‘abandonar la carne’, actualmente se maneja en el ámbito popular: la palabra latina carne-vale, que significa ‘adiós a la carne’. Por tanto, la palabra carnaval significa adiós a la carne y su origen se remonta a los tiempos en los que, por falta de métodos de refrigeración adecuados, los cristianos tenían la necesidad de acabar, antes de que empezara la Cuaresma, que son los 40 días de purificación e iluminación para preparar la fiesta de Pascua, con todos los productos que no se podían consumir durante ese período (no sólo carne, sino también leche, huevo, etc.

Así pues, con el paso del tiempo (milenios) dicha celebración ha evolucionado extendiéndose a lo largo del mundo a partir de la expansión del cristianismo adquiriendo infinidad de significados, orígenes y mimetizándose con elementos de las costumbres y tradiciones de cada cultura como las corridas de toros, las representaciones de los pensamientos filosóficos cristianos e indignas mediante obras de teatro en Autlán de Navarro y Huejotzingo, o la “quema del mal humor”, representado por un monigote de papel que representa generalmente a alguna persona que el pueblo considera ha realizado alguna mala acción que normalmente son políticos en los carnavales y Mazatlán que reúne a más de 600,000 personas a lo largo de tres horas por la zona costera de la ciudad en la llamada “Avenida del Mar”, en México, o los bailes exóticos y desenfrenados caracterizados por su música y la destreza de bellas bailarinas, desfiles de carros alegóricos adornados y atuendos singulares de plumas y lentejuelas como el Carnaval de Brasil.

El Carnaval es en conjunto, una celebración infinita de infinitas cosas y como todo tiene un significado, pagano y cristiano, es un antes y un después, es una fiesta y posteriormente una abstinencia durante la cuaresma. Cada quien la vive y la asume según sus creencias, sus principios y también sus costumbres pero nunca hay que olvidar que ante todo siempre estarán nuestros valores y el respeto a quienes vivan a su manera el Carnaval. A ciencia cierta quizás nunca sabremos cuál es su verdadero origen, de lo que si estamos seguros es que al menos durante los próximos mil años no tendrá final.


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