Si me preguntaran que, de todas mis actrices favoritas, cuál escogería si tuviese la posibilidad de pasar una tarde conversando, la elegida sería sin ninguna duda Carole Lombard. No me veo yo hablando con Marlene Dietrich o Greta Garbo por ejemplo, más que nada porque no podría articular palabra, pero a Carole siempre la he visto como si fuera una buena amiga. No sólo por la naturalidad y cercanía que mostraba en sus películas, sino también por los datos que han trascendido acerca de su personalidad.
Carole era conocida entre sus compañeros como "the profane angel" y no cabe duda de que es un sobrenombre de lo más adecuado. Mitchell Leisen, que la dirigió en tres ocasiones ('Bolero', 'Hands Across the Table', 'Swing High, Swing Low') comentaba que la llamaban así porque "su apariencia es la de un ángel pero habla como un marinero". Y no se refería a que su gramática fuera incorrecta, no. Carole soltaba más tacos que cualquiera de sus colegas masculinos, hablaba sin tapujos de cualquier cosa que le preguntaran, incluido el sexo, y siempre tenía tiempo de gastar bromas y contar chistes de todo tipo a los que compartían reparto con ella.
Lombard en 'Hands Across the Table'
Además de ser tan malhablada, Lombard era una mujer inquieta, comprometida e independiente. En 1926, cuando sólo había participado en media docena de películas, un grave accidente de coche le causó graves heridas en la cara. Tuvo que ser operada sin anestesia para que los músculos faciales no se atrofiaran, y durante su larga convalecencia en el hospital aprovechó para documentarse e informarse de todo lo que pudo relacionado con el mundo del cine: dirección, iluminación, fotografía, montaje... Una vez recuperada continuó su carrera como actriz y aunque la Fox canceló su contrato y pasó algún tiempo sin conseguir buenos papeles, llegó a ser una de las mejores pagadas de Hollywood, ocupándose ella misma de negociar sus contratos con los estudios.
Un triste y prematuro final llegó en 1942. Carole falleció al estrellarse el avión en el que viajaba para vender bonos de guerra, por lo que el Presidente Roosevelt la condecoró diciendo que era "la primera mujer muerta en acción en defensa de su país, en la guerra contra las fuerzas del eje". El desgraciado incidente ocurría mientras 'To Be or Not to Be', su última película, se encontraba en post producción. Fatalmente premonitoria, "What can happen in a plane?" era una de las frases que pronunciaba su personaje, Maria Tura, y que como es lógico fue eliminada del montaje final del film.