Y al final de la pradera un árbol grande y verde te aguarda.
Puede que sea el final del camino... o tal vez el principio.
Sea como sea, ese árbol eres tu mismo.
Un ser fuerte y robusto que no teme al paso del tiempo.
Esta semana ten clara una sola cosa: vive aquí y ahora como si no hubiera un mañana.
Y aunque el camino se acabe, no tengas temor. Ni tu sombra será un obstáculo. Todo estará bien. Todo está bien.
Recuerda...
Carpe diem y a ser feliz...