Carraca - European Roller (Coracias garrulus)

 La Carraca es otra de esas aves inconfundibles y muy llamativas; su coloración dominante es el azul, visible especialmente en vuelo. Salvo el dorso, con un tono castaño, el resto de su cuerpo es de tonos azules con algunos reflejos verdosos, con unas manchas azules intensas en las alas. Los juveniles presentan colores más apagados y menos contrastados. Posee un pico y cabeza robustos. Tiene un tamaño similar a una grajilla, de unos 30 centímetros de longitud, algo más de 50 centímetros de envergadura y un peso de 100 a 150 gramos.Se distribuye por gran parte del Paleártico, desde el norte de África hasta el Himalaya, con la mayor parte de su población en Europa. En España es una especie estival que encontramos únicamente en la península, distribuyéndose de manera dispersa por el centro y sur peninsular, parte de Levante y el valle del Ebro. Ocupa hábitats abiertos, con frecuencia los cultivos de secano o de regadío con arbolado disperso en márgenes, o cultivos de olivo y almendro. Requiere de oquedades en árboles, cantiles, cárcavas o edificios donde ubicar su nido. Este consiste en la cavidad original sin tapizar donde la hembra deposita entre 3 y 5 huevos a finales de mayo en nuestra comarca, incubándolos ambos adultos durante 18 – 19 días. Los polluelos abandonan el nido al cabo de un mes aunque siguen siendo atendidos por los padres todavía durante unos días.Su alimentación se basa en todo tipo de pequeños animales, desde insectos como langostas o grillos, pasando por lagartijas y pequeñas culebras o pequeños mamíferos como musarañas. Es frecuente verla posada en postes y cables telefónicos junto a las carreteras aguardando la presencia de sus presas para abalanzarse sobre ellas. La principal causa de desaparición de esta especie es la pérdida de hábitat de nidificación. La eliminación de las márgenes y linderos entre los cultivos, a causa de la “modernización de regadíos” y roturaciones agricolas, está llevando aparejada la desaparición de esta especie y de muchas otras. Cada día desaparecen en Aragón cientos de metros de márgenes con árboles dispersos, matorral o simplemente plantas herbáceas imprescindibles para un gran número de especies.