A siete meses para las elecciones presidenciales en Francia, el país galo está que arde. No hablamos de las manifestaciones de los sindicatos contra la reforma laboral, ni de un estado de urgencia que unos consideran abusivo y otros aprecian insuficiente, ni del debate abierto en torno a la vigencia del laicismo. O no hablamos de ellos directamente porque son el trasfondo del tema que nos ocupa: la elección de los candidatos a ser Presidente de la República en el quinquenio 2017-2022.
La elección del candidato está especialmente entretenida en el centro-derecha. Tras la derrota de Nicolas Sarkozy en las elecciones de 2012, el ex Presidente abandonó la dirección de su partido político, la UMP, miembro del Partido Popular Europeo. La UMP se sumió en una enraizada lucha por el liderazgo del partido entre François Fillon y Jean-François Copé. Los partidarios de Fillon no reconocieron la victoria de Copé, los diputados del partido se dividieron en dos grupos parlamentarios y la UMP quedó tan maltrecha que acabaron implorando a Sarkozy que volviera a poner orden en la UMP. Sarko refundó el partido como Les Républicains y engrasó la maquinaria para vengarse del mismo François Hollande que otrora le expulsó del Elíseo.
Desafortunadamente la reconquista del Elíseo se antoja difícil para Sarkozy y el primer gran obstáculo lo tiene en casa: las elecciones primarias. Es la primera vez que el centro-derecha francés designa a su candidato a través de unas primarias y, a la vista queda, las esperaban con ganas: hasta 8 candidatos concurren al proceso. Antes de hablar de los candidatos hay que reconocer que lo de “primarias de la derecha y el centro” es una verdad a medias. A ellas concurren Les Républicains y dos micropartidos, los cristiano-conservadores del PCD y los tradicionalistas del CNIP. Sin embargo hay dos ausencias notables. Ni los centroderechistas de la UDI ni los centristas de MoDem han participado en estas primarias y está por ver si presentan candidatos propios a las elecciones presidenciales de 2017.
Como decíamos, 8 políticos han sido oficialmente reconocidos candidatos por la organización de las primarias. Pasemos revista:
- Jean-Frédéric Poisson concurre a las primarias en calidad de presidente del PCD. No tiene ninguna opción, se ha presentado porque lo importante es participar.
- Hervé Mariton es un diputado raso de Les Républicains. Consiguió los avales para ser candidato en el último minuto y perderá las elecciones con un caluroso aplauso del público.
- Nathalie Kosciusko-Morizet, antigua delfina de Sarkozy, rompió con su mentor y emprendió el vuelo por su parte. El discurso moderado de NKM no parece que atraiga a más del 5% de los votantes de las primarias.
- Jean-François Copé “lideró” la UMP cuando el partido estaba de facto dividido. Se estima en un 2% los militantes de centro-derecha que confían en su capacidad de liderazgo.
- François Fillon fue el Primer Ministro de Sarkozy durante sus cinco años de Presidencia, detentando un poder similar al que detenta hoy en España Soraya Sáenz de Santamaría. Perdió frente a Copé el liderazgo de la UMP en 2012 y fue coprotagonista de la división del partido. Hoy, con un discurso crítico (incluso con ataques personales) a Sarkozy, parece tener el respaldo del 10% de los simpatizantes de centroderecha.
- Bruno Le Maire es un joven diputado raso con una leve experiencia de Gobierno durante la presidencia de Sarkozy. Durante el conflicto Fillon-Copé cultivó un perfil de “no alineado” que mantiene a día de hoy. Su mensaje regenerador y moderado hacen de él el candidato deseado por la UDI, que no participa en las primarias. Pugna junto a Fillon por hacerse con el tercer puesto.
- Alain Juppé, el alcalde de Burdeos, encarna la derecha pre-sarkozista. Fue uno de los más estrechos colaboradores de Jacques Chirac desde que éste era alcalde de Paris. De la mano de Chirac ocupó el cargo de Primer Ministro y numerosos ministerios, al igual que hizo también con Sarkozy. No tanto por moderado, sino por comedido en su discurso, seduce al 35% de los electores de centroderecha y es el candidato de Les Républicains que más simpatías despierta en el conjunto de los franceses. De hecho, de ser Juppé el candidato de Les Républicains, el MoDem no presentará candidato a las presidenciales y le dará su apoyo.
- Nicolas Sarkozy debe dar las gracias a la desastrosa situación interna del centro derecha. Si hoy es el segundo candidato con más respaldo, es porque los simpatizantes de su partido lo recuerdan más como el líder que unió al partido que como el Presidente derrotado por el impopular Hollande. Pisa los talones a Juppé, lo cual tiene mucho mérito si consideramos que la mitad de sus antaño colaboradores (NKM, Fillon) están ahora en pie de guerra contra él.
El centro-derecha francés acudirá a las urnas el 20 de noviembre, pero lo más probable es que no sepamos el nombre del elegido ese día. Si ningún candidato obtiene más del 50% de los votos, los votantes están llamados nuevamente a las urnas el 27 de noviembre para elegir entre los dos candidatos más votados en primera vuelta. Lo más probable es que Sarkozy y Juppé lideren la primera vuelta sin ganarla por mayoría absoluta. En segunda vuelta jugarán un papel fundamental los candidatos derrotados el día 20. Las consignas que dicten Fillon y Le Maire a sus partidarios pueden inclinar la balanza entre Juppé y Sarkozy. ¿Apoyará el regenerador Le Maire al por todos conocidos ex Presidente? ¿Apoyará Fillon a su antiguo jefe después de haber roto drásticamente con él? Sarkozy lo tiene muy difícil. Pero Sarkozy lo ha tenido siempre muy difícil.
Nicolas Sarkozy et Alain Juppé à Cannes, le 3 novembre 2011 afp.com/Eric Feferberg