Carrera Literaria-Plagio a la vista (10)

El estancamiento ha sido temporal, como se puede imaginar cualquiera. Una vez analizadas las razones del mismo (pérdida del hilo narrativo, atasco en la resolución del caso, muerte del personaje en medio de un tiroteo improvisado, renuncia de la protagonista a mamársela al catedrático de universidad), comienza a urdirse una nueva estrategia narrativa.
Si al escritor profesional no se le ocurre nada, seguro que a algún otro escritor (profesional o no) se la habrá ocurrido algo con anterioridad. De esa manera, empieza a leer sistemáticamente obras similares a la suya para poder sacar conclusiones. Si es una historia de amor, decenas de libros de amor; si es una historia de violencia, centenares de libros sobre violencia; si es una historia de ideales perdidos, miles de libros sobre ideales perdidos. Hay antecedentes para dar y regalar. El problema es encontrarlos a tiempo.
De repente, como por arte de magia, descubre al autor de su vida, un tío muy parecido a él que hace 50 años escribió sobre un tema similar y no lo hizo mal. De hecho ha pasado a la mini-historia de su región. Tras devorarse el libro y subrayar aquellos aspectos que más le interesan, prosigue su narración sobre bases mucho más sólidas.
El escritor-opera-prima está convencido de que nadie va a encontrar ningún paralelismo con el libro en cuestión, y menos en un autor tan lejano en el tiempo, pero una inquietud latente le persigue en parte del proceso creativo. ¿Habrá algún desalmado reseñista que haya leído a ese desgraciado de Matías?, piensa temeroso.
Al poco tiempo se olvida del tal Matías y del reseñista y asume con naturalidad que la obra es original, salida cien por cien de su cabeza.