Revista Cultura y Ocio

Carrero Blanco

Publicado el 20 diciembre 2021 por Plasnisk

Carrero Blanco fue un político y astronauta español. Un adelantado a su época. Tuvieron que pasar décadas para el siguiente astronauta español. Sin nave espacial ni nada.

Destaca por ser el político español que más alto ha llegado (hasta más allá de la estratosfera, a unos mil chonicientos metros, según últimas investigaciones).

También inventó el primer coche volador, pero el papel donde estaba registrada su patente antigravitatoria se quemó cuando salió de la atmósfera.

No se conformaba con la inmovilista vida que le ofrecía el movimiento nacional y hacía derrapes con su coche por los madriles.

En uno de esos se saltó un ceda el paso y colisionó con la nave de dos extraterrestres andromedanos que hacían turismo. El caso fue tapado por el régimen. Fue el primero de muchos, hasta que diese su salto al infinito y más allá.

Biografía

Su madre de pequeño no le dejaba volar y eso le frustraba. Pero al pequeño Carrero le gustaba saltarse las normas. Dicen que se iba a jugar al fútbol y se saltaba las clases.

El resto de su infancia transcurrió en diferentes localidades debido a que su padre huía para no tener que prestar el servicio militar. De esta manera, creció viajando, antes de que la familia se instalara definitivamente en Murcia, donde finalmente la policía militar metió para adentro y a cumplir el doble de servicio, por insumiso. Así pasó su infancia, sin un padre que le pegara ni que le mandase a depilar las cejas.

La Marina lo llamó para cumplir con los deberes militares y decidió que no quería hacer el capullo como su padre y huir.

Ingresó en la Escuela Naval, pero cambió a las fuerzas aereas por vocación.

Se convirtió en aviador y fue enviado a la Guerra. Allí voló en 78 misiones de combate siendo derribado en todas y cada una de ellas.

De ahí a la Nasa donde realizó su primer viaje espacial y se convirtió en el primer astronauta español.

Hasta que un día explotó y le dió por saltar todas las cosas. Un cazatalentos, llamado Francisquíto, lo descubrió saltando y desde entonces fueron socios.

Cuando su amigo le enchufó en el negocio, explotó de alegría y no dejaba de dar saltos.

Poco a poco fue ascendiendo. De todos sus ascensos el último fue el más rápido. Tan altos fue su salto que en uno de ellos acabó en la terraza de un edificio cercano. Con coche y todo.

Los amigos le llamaban Carrerin y los que le llamaban el feo de las cejas grandes morían entre terribles sufrimientos y con muchos agujeros de velocidad.

En una ocasión fue detenido por la policía por saltarse un semáforo 20 metros, llegando a batir el récord mundial de vuelo sin motor (se destruyó nada más se produjo el choque).

Salto a la fama

Su salto al estrellato definitivo contra el patio interior fue cuando se dirigía a su domicilio después de ir a misa en la iglesia. Al llegar a la calle Claudio Coello, esquina a Maldonado, tomó la desición de realizar un salto y batir su propio récord. Su actual marca estaba en 17,85.

Miró a ambos lados de la calle y se dispuso a lograrlo. Cuentan los testigos que dejó un cráter gigantésco en el suelo. Rozó el nulo, pues habia quedado unos segundos en la cornisa, pero finalmente cayó dentro. Eso sí, en un estado lamentable. Decidió llamarle el "Salto del ogro".

Cuentan las malas lenguas que tuvo ayuda de unos conpinches que se hallaban en un sótano, por eso no se llegó a validar nunca su récord. En los análisis de sangre dió positivo en goma-2, había ingerido unos 100 kilos.

Actualmente nadie ha conseguido superarle, excepto por Superman, pero como es un extraterrestre adicto a la kriptonita, no cuenta, ya que estaba dopado por esta sustancia.

Al final se descubrió que en realidad era un extraterrestre y que tenía que volver su planeta porque le necesitaba. Y a partir de ahí desapareció del mapa.

Si quieres saber dónde anda Carrero hoy en día, elige una estrella y desea fuertemente que sea él. Puede que sea.


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