Yo soy muy fan de Carrie, la película de Brian de Palma. La vi por primera vez hará solamente dos o tres años, pero mencantó tanto que se convirtió al instante en una de mis películas de terror favoritas. Y mira, no os voy a engañar, esto de que ahora estén a puntito de sacar el remake me da más miedo que la misma película en sí, porque la frescura, el descaro y la maldad que tiene la versión antigua no creo que, con los tiempos de cine comercial horrible que corren, vayan ni a parecerse a la original. Todo lo que es Carrie de verdad quedará reducido a cuatro gritos, dos empujones, un estado de facebook y un vestido bonito. Ojalá me equivoque.
La cosa es que hace unas dos semanas me entró la pena de "madre mía que tenemos a la nueva Carrie a la vuelta de la esquina" y para que se me pasase me dije: ¿y por qué no me vuelvo a ver la antigua? Tenía yo la idea de que a lo mejor mi cabeza sobrevaloraba un poquito la versión de los setenta, y quise darle el que es ya para mí el tercer visionado para dejar las ideas claras: ¿es Carrie un peliculón? ¿Necesitaba el remake? La respuestas, por supuesto, son sí y no respectivamente.
Sé que suena a topicazo que da todo el asco pero a mí esta película lo que me hace pensar es en que "ya no se hace cine como el de antes". Pues claro que no, para bien y para mal. Cada época ha tenido su cultura, sus referencias y su manera de trasladar lo popular a una pantalla de cine. A Carrie le pegan los setenta porque era cuando la moralidad cristiana empezaba a desgarrarse, cuando la inevitable liberación de la mujer empezaba a ser temida, cuando el cambio generacional fue más brusco, y cuando el cine gozó de una libertad como yo creo que no la ha vuelto a tener.
¿Qué va a hacer ahora la nueva versión de Carrie? ¿Sobre qué va a reflexionar ahora? ¿Sobre que te peguen en el colegio? Pues mira, harta estoy ya de mensajes moralizadores de "adolescentes, sed buenos con vuestros compañeros".
Y eso que Chloë Grace Moretz es una actriz que, siendo tan joven, a mí ya me ha convencido. La chica tiene desparpajo y sabe actuar, pero yo qué sé, anda que lo hizo mal Sissy Spacek. Y Spacek tenía algo que para mí no tiene Chloë, que es una sensualidad muy bien insinuada. A Chloë Grace Moretz ya la han pintado de tía buena desde el primer fotograma de la película, y de verdad, qué fácil lo tienen que poner ahora en todas las películas no siendo que no nos enteremos.
¿Que igual me paso de idolatría hacia la película original? Pues no os puedo decir que no, pero vuelvo a repetir que Carrie es un gran ejemplo de lo que para mí es el verdadero terror, ese que es tan terrorífico que no necesita ningún adorno ni susto y que bebe directamente de la realidad.
¡Viva la mítica Carrie de los setenta, pelirroja, pecosa y loca del coño! Un recopetín de película para la versión antigua y un miedo terrible a lo que está por venir.