Se llama Ángel Carromero es el vicepresidente de NN.GG. de Madrid y no tendría objeto hablar de él, si no fuera por la que ha montado y las condiciones de lo ocurrido.
Porque un accidente lo puede tener cualquiera, porque fallar es humano. Sin embargo, hacerlo en las condiciones que lo ha hecho Carromero es algo más que un simple accidente.
En primer lugar se pone a jugar a las aventuras y, cuan si fuera un James Bond cualquiera, se adentra en Cuba, con visado de turista, para actuar políticamente, llevando dinero a la oposición cubana, cuestión que no voy a juzgar, simplemente lo hago presente para que se sepa que el tal Carromero ya sabía lo que se traía entre manos.
Y luego, después de contactar con dos de los líderes cubanos de la oposición y entregarles el dinero se proponía llegar a Santiago de Cuba para instruir cómo organizar un movimiento juvenil anticubano. En ese viaje iba su compañero el joven político sueco Modig –que había hecho el viaje con él-- y dos líderes importantes de la oposición cubana: Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Durante el viaje, antes de llegar a su destino, Carromero que iba conduciendo se estrelló y salió de la carretera, resultando muertos los dos líderes cubanos de la oposición. Parece que iba a más velocidad de la debida, en una zona en obras, y que esa fue la causa del accidente.
No quiero entrar en su labor política, aunque él ya sabía que lo que hacía era ilegal, en un país como Cuba. Sin embargo, sí que hay que hablar de lo ocurrido. Porque, en cuanto acaeció el hecho, toda la oposición cubana, instigando desde Miami, se inventaron una versión por la que el coche que conducía Carromero había sido embestido por detrás para provocar el accidente. Versión negada por las autoridades cubanas y de las que no hay pruebas. Es más, el mismo Carromero lo ha desmentido en un vídeo desde Cuba.
El gobierno cubano, a pesar de que se demostró que el joven sueco Modig había entrado como turista y estaba llevando a cabo actividades políticas de apoyo a la oposición, le dejó en libertad y hoy se encuentra en Suecia, de nuevo, sin cargos.
Sin embargo, el joven español ha sido puesto a disposición judicial, al ser quien conducía el coche y está siendo investigado por homicidio por conducción imprudente. Pero la cosa se agrava, cuando hoy hemos sabido que el tal Carromero, amigo de la lideresa madrileña y del propio Aznar, había perdido todos los puntos por diversas infracciones y se le estaba retirando el carné de conducir.
Mientras, según nuestras autoridades, se está trabajando para que el joven pepero pueda volver aquí. Yo me pregunto qué hubiera pasado si un conductor cubano, sin carné de conducir, hubiera tenido un accidente por velocidad excesiva y en él hubieran fallecido dos personas españolas. ¿No lo hubieran acusado de homicidio involuntario? ¿No lo hubieran juzgado en nuestro país?
Simplemente se trata de un niñato acostumbrado a hacer lo que le da la gana, a conducir temerariamente y a que le saquen de líos su dinero y su gente. Así sólo se puede entender que haya tenido en dos años, cuarenta y cinco infracciones. Se ve que aparcaba dónde le daba la gana, incluso obstaculizando el paso de otros vehículos, y que en varias ocasiones las multas fueron por exceso de velocidad. Total unos cuantos cientos de euros y todos los puntos del carné, le ha costado la broma.
¿Por qué un gobierno como el español tiene que defender a un súbdito que ha cometido un delito? ¿Es que los peperos tienen patente de corso? ¿Tiene el Ministerio de Exteriores que crear un conflicto con Cuba por defender a este individuo?
Vean ustedes como la inconsciencia de un tipejo acostumbrado a hacer lo que le da la gana, salirse con la suya y que cree tener patente de corso, ha sido aprovechado por la oposición cubana para crear una fábula sobre una conspiración contra los dos dirigentes fallecidos y, por otro lado, puede crear un conflicto entre España y Cuba puesto que el gobierno español parece empeñado en que Carromero ha de volver sin que sea juzgado en la isla.
Basta ya de ayudar a amiguetes. Si ha cometido un delito debe ser juzgado allí, eso sí, asegurando que tenga una defensa justa. Todo lo demás son privilegios que nadie debe tener. Por muy vicepresidente de Nuevas Generaciones que sea, por muy amiguete de Espe Aguirre que sea, es un tipo que ha cometido un delito, y como tal ha de ser juzgado.
Salud y República