Después de ganar varias ediciones consecutivas de la Copa Pistón, Rayo McQueen regresa a Radiator Springs para encontrarse con sus amigos y un nuevo desafío: competir en el Grand Prix Mundial y demostrar la eficacia del biocombustible Allinol. Mientras recorre espectaculares paisajes en el torneo, su amigo Mate se ve envuelto en una trama de espionaje internacional que a primera vista le viene demasiado grande. Por suerte, con la inestimable ayuda del espía británico Finn McMissile conseguirá desentrañar la misteriosa conspiración construida alrededor del mencionado combustible alternativo.Tras cerrar la saga de los juguetes en 2010 con Toy Story 3, este año los estudios de animación Pixar apuestan por una nueva secuela, en esta ocasión la de las aventuras del coche de carreras Rayo McQueen y Mate, su amigo de gran corazón. A pesar de las críticas negativas que ha recibido, quedé más que sorprendido con Cars 2, película que se aleja de lo visto en su predecesora y nos plantea una trama de alto espionaje al más puro estilo de James Bond o Misión Imposible, filmes a los que homenajea. John Lasseter, uno de pioneros de Pixar, dirige junto a Brad Lewis una película repleta de espectaculares secuencias de acción, planificadas y filmadas con pulso de un modo brillante al que otros blockbusters no aspiran. A estos dos genios creativos les acompañan Ben Queen y Dan Fogelman escribiendo un guión que mezcla con ritmo escenas dedicadas al desarrollo de personajes con otras más explosivas (especialmente las centradas en el espía Finn McMissile) al mismo tiempo que encadena los distintos giros del argumento de una forma verdaderamente ingeniosa, involucrando a científicos alemanes, a la mafia italiana y a una conspiración por el control de las fuentes de energía en las aventuras de los protagonistas
Finn McMissile, al servicio de su Majestad
Ahora bien, comparada con las obras cumbre de los estudios de animación como Monstruos S.A., WALL·E o Up, hay que reconocer que en Cars 2 se echa en falta el "toque Pixar" que hace que distintos tipos de público puedan simpatizar fácilmente con los personajes. A esto contribuye que el protagonismo recaiga en la grúa Mate, de cuyas bromas fáciles y carácter bonachón se abusa en esta película hasta llegar a cansar a los espectadores en más de una ocasión. Posiblemente, por este motivo sea difícil que simpaticemos instantáneamente con el mensaje de la película acerca de la amistad y el respeto por uno mismo (similar al propuesto en Toy Story).
Eso sí, la animación digital alcanza nuevas cotas de excelencia en Cars 2. Basta con comprobar las mencionadas frenéticas secuencias de acción o de carreras, la iluminación y texturas tanto de los personajes como de los escenarios que visitan; y por supuesto el nivel de detalle de cada plano, en los que se esconden guiños al mundo de Pixar como prueban la aparición del restaurante de Ratatouille y de la marca de neumáticos Lassetyre. Entre las virtudes de la película hay que destacar la prodigiosa banda sonora del siempre genial Michael Giacchino, quien en esta ocasión adapta su estilo a la velocidad presente en pantalla con cierto toque de espías e Infiltrados. Además, en la versión original podremos disfrutar de las voces de los actores Owen Wilson, el gran Michael Caine, Emily Mortimer y John Turturro.
Es cierto que da la sensación de no estar a la altura de las grandes obras del estudio, pero aun así Cars 2 ofrece un planteamiento distinto del de su predecesora (mientras que las secuelas de Toy Story recurrían a un esquema argumental similar) y resulta una divertida y sobre todo muy elaborada película de animación. Hora de calentar motores y adentrarse en una enrevesada trama de espionaje.
*Como es habitual, antes de la película se proyecta un cortometraje realizado por los estudios Pixar. Sorprende que en esta ocasión no se trate de una ingeniosa propuesta original, como los anteriores Parcialmente nublado o Day & Night, sino que sea Vacaciones en Hawai, un pequeño sketch protagonizado por los protagonistas de Toy Story después de lo sucedido en la tercera entrega. Aunque divierte ver a Woody y Buzz de nuevo, se echa en falta el soplo de aire fresco que representaban cortos anteriores.