Queridos Ángeles y Jesús. Este verano no pudimos vernos y, la verdad, sentí pena pero mis fuerzas físicas estaban en mínimo y eso significaba un cansancio acumulado tras estos meses que están pasando lenta y dolorosamente. Todo lo que me has ido enviando vía Internet, hasta tus lecturas, capítulo a capítulo del Quijote, ¡pero qué paciencia tienes! me llegaron como agua de mayo que refresca la mente lavando pensamientos inoportunos que me hacían caminar en dirección equivocada. Pero tu persistencia, aunque ahora ya es tiempo de otoño, ha sido importante para llegar a buen puerto y, de ese modo, culminar lo que te habías propuesto: Sí, amigo Jesús, verdaderamente tu voluntad y tu cariño se han impuesto y has logrado hacer aquello que deseabas tanto: rendir tu homenaje a una persona que se merece ese cariño que nos has demostrado durante tantos años. ¿Recuerdas las fotografías en la finca con Sari y José María? Fue uno de esos días en los que compartir fue algo esencial y la alegría se nos escapaba por los ojos.
La vida se nos va de las manos, el tiempo vuela y, el viernes, en la Fundación Díaz Caneja, mi hijo Álvaro, mi querido Quijote, siempre haciendo cosas por los demás, esta vez ha querido aunar tu hermosa voz, la música de Manzano y sus manos que sacarán del piano todo lo mejor para que la tarde, tu tarde, Guti, así te llamamos, sea única y cuando la perfecta conjunción de todo se haga sonido, sé que por alguna estrella nuestro poeta estará atento y sonreirá al oír sus versos en tu voz, la que más se parece a la suya...Ya ves, Jesús, casi como un milagro, en La Caneja, se hará silencio que acompañe emocionado unos versos realmente buenos.
Y quisiera destacar tu trabajo ilusionado, perfecto, que te nace desde los dentros, son palabras de Marcelino y por eso las anoto en bastardilla. Todo esto y más podría decir. Pero no quiero ser pesada y sé que descubrirás la admiración y agradecimiento que siento por tu necesidad de evocar al amigo que conociste hace tanto tiempo y que guardas el rescoldo de esa amistad como un regalo, al igual que yo guardo la de Ángeles y la tuya. Nos vemos el viernes, en La fundación Díaz Caneja, a las siete y media de la tarde. Decía que mi hijo, ya lo ha hecho otras veces, dedica el Concierto a favor de la Fundación -que no pasa por momentos boyantes- Y la entrada-donativo irá destinada a ese fin: poner un grano de arena donde La Junta debería tomar interés y añadir el dinero necesario. La cultura, alimenta el espíritu y aumenta los conocimientos y, si no me equivoco, la inteligencia.
Un fuerte abrazo para los dos.