Una nueva carta a mi vecina Maruja, en Negrevernétika. Podéis leerla pinchando aquí. Es que está ella preocupada, preocupada, por sus hijos, vaya, y me llama con frecuencia; claro que la pobre no puede localizarme (y eso que le he advertido que yo doy clase toda la mañana, pero las urgencias, son las urgencias...).