Revista Opinión

Carta a sebastián piñera

Publicado el 04 abril 2019 por Carlosgu82

Es mi deber como ciudadana chilena exigir a nuestro gobierno, que el articulo 1°, del Capitulo I, de nuestra constitución, el cual reza : “ Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos“, sea respetado en todos los ámbitos en el que los chilenos nos desenvolvemos, especialmente en la salud .
Este año, usted, anunció una inversión de U.S 14.151.000.000, para la Región del Biobío, una cifra prácticamente incapaz de caber en las cabezas de la mayoría de los habitantes de nuestro pueblo.
Dentro de los proyectos, se contemplaron los siguientes :
La construcción de 34 mil viviendas “sociales”, con un
costo de 17 millones de U.F., osea, $ 476.000.000.000 de
pesos. ;
– La construcción del Parque Urbano Caponni Laja, con un
costo de 2.451.000.000;
La concreción del Parque Cerro la Virgen en Yumbel, con
un costo de $ 2.400.000.000;
Implementación de 5 nuevos liceos Bicentenario de
excelencia, con un costo de $ 1.170.000.000;
Una ampliación del Aeropuerto Carriel Sur, con un costo
de $ 27.000.000.000;
– La construcción de 5 nuevos hospitales, los que se
desarrollarán en Talcahuano, Coronel, Santa Bárbara,
Nacimiento y Lota. Y los hospitales de Mulchén, Lebu y
Hospital de Concepción, para los cuales se trabajará en el
estudio, diseño y licitación de las obras, todo con un
costo de $ 373.000.000.000.
Lo que en total arroja una inversión de $882.021.000.000, y que en su conversión a dólares da US 1.356.955.385
aproximadamente.
Al parecer a este cifra se le debe sumar la cantidad de
US 4.415.000.000, que serán invertidos en 16 proyectos
industriales y de energía, los cuales estarán a cargo de
la oficina de GPS (Gestión de Proyectos Sustentables)
Y se habló de la construcción de 3 puentes en la comuna de San Pedro de La Paz, pero de lo cual no existen cifras así como tampoco mayores detalles de la planificación, por lo que no tengo claridad meridiana respecto a los costos.
El asunto es que la sumatoria de todo lo transparentado, alcanza sólo a US 5.771.955.385.
Ajustandome a nuestra constitución que comienza sustentando que todo ciudadano chileno es igual en dignidad y derechos, quiero denunciar públicamente un hecho deplorable, que está afectando a miles de personas en nuestro país.
Quien es el culpable?, creo que todos quienes pisamos estas tierras, una gran mayoría por no atreverse a denunciar y otros por mantenerse estériles frente al problema.
No es novedad ya que todos sabemos, que el sistema hospitalario en Chile está en una grave crisis, no es de ahora, ni de pocos años, sino que se arrastra desde hace largo tiempo, pero esto no significa que como ciudadanos debamos aceptarlo y permanecer inertes frente a esto y mucho menos deben hacerlo los gobiernos, quienes tienen el deber y la obligación de dar prioridad al momento de realizar inversiones, ya que mantenerse inmóviles los hace cómplices de mantener un sistema egoísta que fomenta y apoya la desigualdad, lo que va en contra de la dignidad del ser humano, en todas sus formas, privandolos de sus derechos más básicos.
La Organización Mundial de la Salud, hace hincapié que toda persona tiene derecho a salud, pero así también, toda persona tiene “derecho a la intimidad y a ser tratada con respeto y dignidad”. En este punto, no solo se está violando estos derechos a los pacientes, sino también a todos los profesionales que trabajan en los hospitales públicos de nuestro país.
Describiré especialmente la urgencia del Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción, en el cual tuve la oportunidad de ver in situ las condiciones paupérrimas en las que deben trabajar los profesionales y más triste aún la insalubridad y falta de privacidad que deben soportar los enfermos.
Ir a aquel hospital, para una atención de urgencia, significa entregarse a pasar allí no menos de 5 horas.
Al entrar a la urgencia del hospital mencionado, lo primero que se ve, es una enorme aglomeración de gente, luego el enfermo debe pasar por la ventanilla para la categorización, si la persona está muy grave, la pasarán de inmediato, de lo contrario deberá armarse de paciencia y esperar hasta que le llegue su turno, de lo cual pueden pasar horas.
El primer inconveniente para quienes necesitan de una silla de ruedas, por lo que sí tuvo suerte y recibió una al entrar, lo más probable es que se la pidan rápidamente para otro que la esté necesitando, ya que cuentan con una mínima cantidad.
Una vez dentro de las dependencias de la urgencia se puede apreciar un panorama desolador, pareciera que se está en un hospital de campaña, de algún país en guerra.
Todos los pasillos repletos de camillas con enfermos, al principio se pudiera pensar que están a la espera que el médico de turno los atienda, pero no, la gran mayoría están hospitalizados y allí se quedarán por días, a la espera de que alguna cama de la sala común se desocupe.
Intentas pasar sin entorpecer y sin querer ver, pero sin querer ves lo que no quieres y los pacientes se sienten incómodos y avergonzados de estar expuestos a la vista de todos, exhibiendo su intimidad, porque sólo existen unos pocos biombos.
Mientras los médicos, tens y enfermeras intentan hacer lo que más pueden con lo que tienen.
Llamó mi atención una mujer, en un roñoso sillón, cubierta con una frazada candidata a la basura, allí, en uno de los pasillos, solo acompañada de un familiar, mientras recibía una transfusión de sangre.
Escuche a otra mujer que estaba acompañada de su marido, que necesitaba orinar, las auxiliares de un lado a otro, no daban abasto, por lo que una de ellas entregó al marido una chata, a lo que el hombre preguntó ingenuamente a quien se la debía entregar luego… usted mismo debe ir a dejar la chata al baño, fue la respuesta que recibió y no por ser menos amable la auxiliar, sino por la cantidad de pacientes que se debe atender allí cada día.
Cada enfermo que queda hospitalizado, se le debe llevar, no solo el pijama y las colonias como debiese ser lo normal, sino un vaso, una taza y hasta una cuchara, porque el hospital no tiene.
Cualquier cosa extra que se le lleve a un paciente hospitalizado, como sus anteojos, una toalla, una revista, debe dejarlo en la parte baja de la camilla, porque no existen veladores y mucho menos lockers.
La comida que reciben los enfermos, vienen en envases desechables, de los más básicos, esos que se utilizan para llevar comidas preparadas en los supermercados.
Si el paciente está en el momento de la comida con algún familiar, no recibe bandeja, por lo que esa persona debe aguantar el fondo caliente en sus manos, e intentar encontrar donde apoyar el segundo envase ya que las camillas no traen tampoco bandeja incorporada.
No existe espacio físico libre de personas o cosas para asear los pisos, ya que están repletos de personas y camillas, tubos de oxígeno, etc, por lo que es imposible meter un trapeador, al menos no lo vi hacer y menos puedo imaginar los malabares que se debiesen realizar para lograrlo, por lo que creo que el piso simplemente en ese sector, no se puede limpiar.
Pienso en lo fácil que podríamos vernos expuestos a alguna pandemia.
Son cosas tan básicas las que se necesitan para comenzar a darle otro rumbo a nuestros hospitales, que cuando lees, la incalculable cifra que usted entregó y que se invertirán en proyectos que no significan prioridad alguna en comparación con lo que los hospitales públicos claman a gritos, siento completamente violados mis derechos a la igualdad, respeto y dignidad.
Que es lindo tener parques, lo es, pero de qué sirve un parque si los enfermos en Chile que pertenecen a la salud pública están hacinados en verdaderos Ghettos?
De qué sirve tener el cascarón europeizado, si los interiores son tercermundistas ?
Intente usted señor presidente marcar la diferencia, usando el sentido común. De que le sirve ser presidente por segunda vez, si al pasar los años nadie querrá acordarse de usted, en cambio la inmortalidad solo se le dará por las buenas obras que deje en esta segunda oportunidad que los chilenos le dieron, una de ellas lo está esperando con los brazos abiertos en el área de la salud.


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