Comenzaste a gustarme poco después de conocernos y se que muchas piensan que eres sexy o que tus ojos resaltan entre todo lo que las rodea, pero no fue eso lo que me atrajo a ti.
Desde que nos tratamos, descubrí que estas muy lejos de ser un santo y que estas aun más lejos de la perdición, mezclas a la perfección un corazón de oro, que haría cualquier cosa por las personas que te interesan, así como tu maldad puede apoderarse de todo tu ser, cambiandote radicalmente.
Te he visto sonreír con malicia y naturalidad, ser espontaneo, parecer un niño, inocente y dulce, no negare que me pareces bello, pero todo esto es mucho mas que solo eso, escuchar sobre tu pasado y los errores que te han marcado, no impiden que te vea como lo hago, es correcto estas muy lejos de ser un santo, que bueno que no me gustan los mojigatos.
Fue tu intelecto y tu manera de conversar, tu seriedad como tu humildad, es imposible negar que cada vez me gustas más, no te puedo olvidar, tu sonrisa y hasta tu forma de coquetear, se que no eres para mi y que jamas te enteraras de mi sentir. No importa si creo que te gusto, porque se que jamás lo aceptaras, nuestros valores nos separan, que raro que lo hiciera la edad.
Hiciste mi mundo girar, cosa que no podré olvidar y ahora que me alejo, yo solo quiero probar un beso de esos labios que me hacen suspirar, no se si vuelva a verte o peor si al hacerlo ya nada sera igual, acepte ser tu amiga sin pensar porque así estaría contigo un par de instantes más, solo un segundo más.
Necesito respirar lentamente para soportar, el aroma de tu fragancia al pasar por mi, tu abrazo fuerte y cálido, mejor me alejo tu droga es fuerte o yo muy dedil. Nadie me creería si confesara que siento en mi corazón que soy la mujer perfecta para ti, que mis imperfecciones y tus imperfecciones son tan compatibles, como nuestros signos zodiacales.
Lastima que la amistad de la familia sea un juego delicado, porque yo jamás te dañaría, te deseo tanta felicidad, tanta dicha que aunque no sea a mi lado, solo espero que tus heridas sanen y alguien llegue a tu corazón para cuidarlo como lo haría yo.