Revista Psicología
Querida mujer:
No puedo ni imaginar lo que estás sufriendo, la pena y la amargura que vives en lo más profundo de tu ser, los nervios y los miedos que tienes demasiadas veces, los dolores que inundan tu mente y tu cuerpo. He conocido a demasiadas mujeres maltratadas para no saber que es muy difícil ponerse en su lugar y para saber lo importante que, por lo menos, es intentarlo.
Pero hoy te escribo esta carta para hablarte de algo muy concreto, el amor.
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